Un equipo internacional con amplia experiencia -reconocido por refutar varios descubrimientos de agujeros negros- descubrió un agujero negro de masa estelar en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia vecina a la nuestra.
“Por primera vez, nuestro equipo se reunió para dar a conocer el descubrimiento de un agujero negro en lugar de refutarlo”, afirmó el autor principal del estudio, Tomer Shenar.
Además, descubrieron que la estrella que dio origen al agujero negro desapareció sin ningún signo de potente explosión. El descubrimiento se realizó gracias a seis años de observaciones obtenidas con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO).
“Identificamos una ‘aguja en un pajar'”, confirmó Shenar, quien comenzó el estudio en el centro KU Leuven, en Bélgica y ahora cuenta con una beca Marie-Curie en la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos).
Aunque se han propuesto otros candidatos similares a agujeros negros, el equipo afirma que este es el primer agujero negro de masa estelar “inactivo” que se detecta inequívocamente fuera de nuestra galaxia.
Los agujeros negros de masa estelar se forman cuando las estrellas masivas llegan al final de sus vidas y colapsan bajo su propia gravedad. En un sistema binario (un sistema de dos estrellas que giran una alrededor de la otra), este proceso deja un agujero negro en órbita con una estrella compañera luminosa.
El agujero negro está “inactivo” si no emite altos niveles de radiación de rayos X, que es la forma en que normalmente se detectan dichos agujeros negros.
“Es increíble que apenas sepamos de la existencia de estos agujeros negros inactivos, dado lo comunes que la comunidad astronómica supone que son”, explica el coautor, Pablo Marchant, de KU Leuven.
El agujero negro recién encontrado tiene al menos nueve veces la masa de nuestro Sol y orbita una estrella azul caliente que pesa 25 veces la masa del Sol. Los agujeros negros inactivos son particularmente difíciles de detectar ya que no interactúan mucho con su entorno.
“Durante más de dos años, hemos estado buscando este tipo de sistemas binarios de agujeros negros”, afirmó la coautora, Julia Bodensteiner, investigadora de ESO en Alemania.
“Me emocioné mucho cuando conocí los datos sobre VFTS 243, que en mi opinión es el candidato más convincente reportado hasta la fecha”, agregó.
Para encontrar a VFTS 243, la colaboración buscó casi 1000 estrellas masivas en la región de la Nebulosa de la Tarántula de la Gran Nube de Magallanes, buscando las que podrían tener agujeros negros como compañeros. Identificar a estos compañeros como agujeros negros es extremadamente difícil, ya que existen muchas posibilidades alternativas.
El descubrimiento también ofrece al equipo una visión única de los procesos que acompañan la formación de agujeros negros. La comunidad astronómica cree que un agujero negro de masa estelar se forma a medida que el núcleo de una estrella masiva moribunda colapsa, pero sigue sin quedar claro si este proceso va acompañado o no por una potente explosión de supernova.