Ciencia

Científicos en China desarrollan peces robots para sustraer microplásticos marinos

Si las partículas miden menos de cinco milímetros de longitud se llaman microplásticos y si tienen menos de una micra, se conocen como nanoplásticos.

Xinxing Zhang y sus colegas de la Universidad de Sichuan, en China, se encuentran desarrollando peces robots que atraen y transportan micropartículas plásticas. Hasta ahora, la mayoría de los peces robots se recubren de materiales que se desgarran y dañan en el en el engañoso y agresivo medio marino.

Para evitar daños en los materiales de los peces, las y los investigadores buscaron una estructura parecida a la concha nácar. El nacar se conforma de láminas extremadamente finas sobrepuestas, lo cual le da resistencia y flexibilidad al pez.

Las capas de nácar se componen principalmente de un relleno del mismo tipo de proteína de la seda, en un lado, y una gran cantidad de cadenas de carbonato de calcio en el otro.

En el caso de los peces robot, este laminado se hizo a base de moléculas de beta ciclodextrina, un derivado del almidón, agregadas a grafeno sulfonado. Estas láminas se adhirieron a látex de poliuretano con el que se recubrieron los pequeños peces robot de 15 milímetros de largo.

Lo más sorprendente que es que este material resultó capaz de atraer y transportar diminutas partículas de unicel, lo que de inmediato abrió posibilidades de emplear cardúimenes robóticos que recorran los océanos recolectando micropartículas de plásticos.

Si las partículas miden menos de cinco milímetros de longitud se llaman microplásticos y si tienen menos de una micra, se conocen como nanoplásticos.

Foto: Pexels.

Los nanoplásticos quizás son el contaminante sólido más peligroso y extendido. Hace unas semanas apenas, Margia Lamorí, investigadora de la Universidad libre de Ámsterdam, detectó microplásticos en el torrente sanguíneo humano.

De acuerdo con la Revista Nature, se calcula que en este momento existen 5 mil millones de toneladas de desechos plásticos a las que hay que agregar 400 anuales, que se estima irán aumentando poco a poco hasta llegar a la escalofriante cantidad de 800 millones de toneladas por año para el 2050.

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