Ciencia

Cohete japonés Epsilon S sufre falla durante su prueba

Se prevé que el Epsilon S tenga su lanzamiento debut en marzo de 2025, pero esta prueba fallida podría provocar retrasos.

El nuevo cohete ligero de combustible sólido, Epsilon S, falló su segunda prueba tras incendiarse este 26 de noviembre, lo cual representa un nuevo revés para el programa espacial de Japón.

El motor de la segunda etapa del cohete sufrió una avería a los 49 segundos de iniciar una prueba en tierra en el Centro Espacial Tanegashima, en la prefectura de Kagoshima, según informó la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA). 

Una transmisión en directo de la televisión nacional de Japón mostró columnas de humo que se elevaban desde el lugar. No se reportaron heridos y la causa del incendio aún está por determinarse. 

Debido a esta situación está previsto que el Epsilon S haga su lanzamiento debut en marzo del próximo año, pero la prueba fallida (la segunda tras un incidente similar el año pasado) podría provocar más retrasos en el programa. 

La JAXA aseguró que investigará a fondo las causas del fallo y continuará trabajando para mejorar su capacidad de acceso al espacio, manteniendo su compromiso con la innovación tecnológica y la seguridad.

JAXA ha estado presionando para aumentar la frecuencia de lanzamiento de sus cohetes insignia, por lo que además del Epsilon S, la agencia también ha desarrollado un cohete de carga pesada, el H3, que realizó su viaje inaugural en febrero de 2024.

¿Qué es el cohete Epsilon S?

Con el desarrollo del Epsilon S, JAXA quiere mejorar la competitividad del país en el creciente mercado de lanzamientos de satélites

El Epsilon S es una versión mejorada del cohete Epsilon, que estuvo operativo entre 2013 y 2022. Con una longitud de unos 27 metros, el nuevo modelo tiene una capacidad de carga mayor y es capaz de transportar satélites a órbitas de hasta 700 kilómetros de altura, 200 kilómetros más que su predecesor.

Tiene como objetivo apoyar el lanzamiento de satélites pequeños para misiones de observación terrestre y otras aplicaciones, pero los recientes fracasos de las pruebas ponen en riesgo el futuro de este proyecto y su capacidad para cumplir con las expectativas.

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