Un cohete propulsor Super Heavy desarrollado por la compañía de Elon Musk, SpaceX, para su nave espacial Starship, estalló en llamas durante un lanzamiento de prueba en tierra que se llevó a cabo el lunes en las instalaciones de la empresa en Boca Chica, Texas, Estados Unidos.
“Sí, en realidad no es bueno. El equipo está evaluando los daños. El combustible criogénico es un desafío adicional, pues se evapora y crea un riesgo de explosión de combustible en una atmósfera parcialmente de oxígeno como la Tierra. Sin embargo, tenemos muchos sensores para detectarlo”, dijo Elon Musk.
Según Musk, el estallido se produjo durante una prueba específica de arranque del motor.
“En el futuro, no haremos una prueba de arranque en giro con los 33 motores a la vez”, señaló el fundador de la compañía espacial.
Con las naves Starship, SpaceX busca transportar cargas y personas a la Luna, a Marte y a otras misiones espaciales. Cada una será capaz de llevar más de 100 toneladas de carga y 100 pasajeros a la vez, asegura la compañía.
La empresa planeaba usar un propulsor Super Heavy en un próximo vuelo de prueba orbital sin tripulación que esperaba lanzar más adelante este año, pero estos planes podrían verse obstaculizados como consecuencia de la prueba fallida del lunes.