El ADN está formado por cuatro sustancias que se pegan una tras otra como eslabones de una cadena, pero que no están acomodadas al azar.
Esas secuencias definidas son los genes, algunos de los cuales significan, por ejemplo queratina de las uñas o hemoglobina, que transporta el oxígeno de la sangre.
Mientras más importante para vivir sea un gen, más parecido será entre todos los seres humanos; pero también hay otros que varían de comunidad a comunidad, de familia a familia y de persona a persona. Y al compararlas con una muestra, puede identificarse con mucha certeza a un individuo.
Caso Colin Pitchfork
Recientemente, en Inglaterra la Junta de Libertad Condicional informó que decidió liberar en los próximos días al doble homicida de menores, Colin Pitchfork, pese a los reclamos de fiscales y opinión pública. Su buena conducta y valeroso entusiasmo por ayudar a los demás, rebajarán su cadena perpetua a los 33 años cumplidos hasta ahora.
Pitchfork se convirtió en el primer condenado por asesinato con base en pruebas de ADN, en la historia del mundo.
En 1983 y 1986, Lynda Mann y Dawn Ash-Worth fueron ultrajadas y asesinadas respectivamente, en Leicester-Shire, Inglaterra. Ante el desconcierto policial, un científico local, Alec Jeffreys, se ofreció a usar la entonces novedosa técnica de identificación por ADN.
Luego de que Jeffreys comparara el ADN hallado en la escena del crimen, con muestras de más de cinco mil hombres de la zona, el culpable resultó ser Colin Pitchfork, de 22 años, casado y pastelero de la región.
La ciencia y tecnología sin duda pueden ayudar a procurar justicia, pero como ejemplifica este caso, la justicia es mucho más que ciencia y tecnología.