La Luna controla las mareas que dan forma a nuestras costas.
Las mareas, a su vez, afectan significativamente la intensidad de las emisiones de metano del fondo marino del Océano Ártico.
Es la conclusión de un nuevo estudio publicado en Nature Comunications, dedicado a analizar cómo enormes cantidades de este potente gas de efecto invernadero están siendo liberadas a la atmósfera desde el Ártico, y que podrían intensificarse con un océano más cálido en el futuro.
La posibilidad de que este gas escape del océano y contribuya al balance de gases de efecto invernadero en la atmósfera es un misterio importante que los científicos están tratando de resolver.
La cantidad total de metano en la atmósfera ha aumentado enormemente en las últimas décadas y, aunque parte del aumento puede atribuirse a la actividad humana, otras fuentes no están muy limitadas.
Notamos que las acumulaciones de gas, que se encuentran en los sedimentos del lecho marino son vulnerables incluso a cambios leves de presión en la columna de agua. La marea baja significa menos presión hidrostática y una mayor intensidad de liberación de metano. La marea alta equivale a alta presión y menor intensidad de la liberación”, señaló la coautora del artículo Andreia Plaza Faverola.
Estas observaciones se realizaron colocando una herramienta llamada piezómetro en los sedimentos y dejándola ahí por cuatro días.
Midió la presión y la temperatura del agua dentro de los poros del sedimento.
Los cambios horarios en la presión y temperatura medidas revelaron la presencia de gas cerca del fondo marino que asciende y desciende a medida que cambian las mareas.
Las mediciones se realizaron en un área del Océano Ártico donde no se había observado previamente liberación de metano, pero donde se tomaron muestras de concentraciones masivas de hidratos de gas.