Un criadero de conejos, en Francia, busca hacer la diferencia, pues plantea la reproducción de estos animales con fines comerciales, pero con un trato digno.
Sus métodos, de hecho, aspiran a ser considerados como ejemplo a seguir ante eventuales cambios a la regulación europea para los cunicultores.
¿Por qué se distingue este espacio?
Se localiza en la comunidad de Maine y Loira, al oeste de Francia. El propietario creó una forma de crianza que ha documentado, es eficiente, y al mismo tiempo mejora la calidad de vida de los animales.
“Es por mi bienestar y el de los animales también, para que se sientan mejor y también para que produzcan un poco mejor”, dijo Guillaume Godard, criador de conejos comprometido con el bienestar animal.
En principio, el espacio de crianza es 80% más amplio que uno convencional. El piso de las jaulas además es de plástico, con respiraderos y de dos niveles.
“La jaula es un poco más alta que las jaulas convencionales, con un entrepiso para cada hembra, de modo que la hembra pueda pararse sobre sus patas y también puede trepar un poco, y tener un poco de paz y tranquilidad cuando lleguen los gazapos”, agregó.
A diferencia de las granjas exhaustivas, en las que los conejos recién destetados son preparados casi de inmediato para el sacrificio, aquí se les permite desarrollarse unas semanas más y recrearse en conjunto.
Biológicamente, esta es una buena estrategia para mantenerlos sanos.
“Es un parque infantil en el suelo sobre listones de plástico, donde encontrarás comederos y líneas de pipetas de agua. Pero más allá de eso, el concepto es completamente diferente”, puntualizó Guillaume Godard.
A decir de los promotores de esta propuesta de crianza de conejos, la consideran responsable y apegada al bienestar animal.