Ciencia

¿Cuál es el origen de los elementos más pesados en el Sistema Solar?

Astrofísicos regresaron a la formación del Sistema Solar hace 4 mil 600 millones de años para obtener nuevos conocimientos sobre el origen cósmico de los elementos más pesados en la tabla periódica.

Dirigido por científicos que colaboran como parte de la Red Internacional de Investigación en Astrofísica Nuclear (IReNA) y el Instituto Conjunto de Astrofísica Nuclear-Centro para la Evolución de los Elementos (JINA-CEE), el estudio se publicó en Science.

Los elementos pesados que encontramos en nuestra vida cotidiana como el hierro y la plata no existían al comienzo del Universo, hace 13 mil 700 millones de años.

Fueron creados en el tiempo a través de reacciones nucleares llamadas nucleosíntesis que combinaban átomos.

En particular, el yodo, el oro, el platino, el uranio, el plutonio y el curio, algunos de los elementos más pesados, se crearon mediante un tipo específico de nucleosíntesis llamado proceso de captura rápida de neutrones o proceso R.

La cuestión de qué eventos astronómicos pueden producir los elementos más pesados ha sido un misterio durante décadas.

Hoy en día, se cree que el proceso R puede ocurrir durante colisiones violentas entre dos estrellas de neutrones, entre una estrella de neutrones y un agujero negro o durante raras explosiones que siguen a la muerte de estrellas masivas.

Tales eventos altamente energéticos ocurren muy raramente en el Universo.

Cuando lo hacen, los neutrones se incorporan al núcleo de los átomos y luego se convierten en protones.

Dado que los elementos de la tabla periódica se definen por el número de protones en su núcleo, el proceso R acumula núcleos más pesados a medida que se capturan más neutrones.

Algunos de los núcleos producidos por el proceso R son radiactivos y tardan millones de años en descomponerse en núcleos estables.

El yodo-129 y el curio-247 son dos de esos núcleos que se produjeron antes de la formación del sol. Fueron incorporados en sólidos que finalmente cayeron sobre la superficie de la tierra como meteoritos.

Dentro de estos meteoritos, la desintegración radiactiva generó un exceso de núcleos estables.

Hoy, este exceso se puede medir en laboratorios para determinar la cantidad de yodo-129 y curio-247 que estaban presentes en el Sistema Solar justo antes de su formación.

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