El solsticio de invierno de 2022 llega este miércoles 21 de diciembre, el día más corto del año y el inicio oficial del invierno. Este fénomeno astronómico tiene gran relevancia para las diversas cosmovisiones de las culturas alrededor del mundo.
La ocurrencia de estos fenómenos difieren según la ubicación geográfica y el huso horario, por ejemplo, en el hemisferio norte el solsiticio de invierno llega este 21 de diciembre, pero en el hemisferio sur, después del ecuador, llega el solsticio de verano.
El término solsticio proviene del latín solstitium, formado por Sol y statum (estático); es decir, “cuando el Sol está estático” y se llama así porque el día del solsticio, el Sol parece quedarse quieto.
El solsticio de invierno representa también la noche más larga. A partir de esta fecha los días se alargarán paulatinamente. Además, marca el inicio del invierno astronómico, cuya fecha y hora cambian anualmente, debido a que el período orbital de la tierra es inexacto.
Estos fénomenos han atraído a todas las culturas alrededor del mundo, que realizan festividades y que han marcado a sus cosmovisiones. Es el caso de culturas occidentales, por ejemplo, de la antigua civilización griega. También es el caso de las antiguas civilizaciones de Mesoamérica.
El solsticio de invierno en la visión del mito griego
Los griegos creían que el invierno se producía debido a la tristeza de Deméter (diosa de la naturaleza y protectora de la fertilidad) por el rapto que hizo Hades de su hija Perséfone (quien nació de la unión de Zeus con Deméter). Esa tristeza era lo que causaba las bajas temperaturas y la ausencia de vida en la tierra durante la época de invierno.
Según Alejandra López, historiadora por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuando Hades secuestra a Perséfone, la esposa y le convida una granada. Sin embargo, quien comiera un fruto del inframundo jamás podría salir de allí.
Luego de un largo intento de negociar con Hades se logra que Perséfone pase la mitad del año en el averno, junto al soberano del inframundo, y la otra mitad junto a su madre, Deméter. “Así es como los antiguos griegos explicaban el cambio cíclico de las estaciones”, señaló la historiadora.
Cuando Deméter se encontrara con su hija en el Olimpo todo florecería y sería regocijo; la tierra disfrutaría de la primavera y el verano. Y cuando le tocara estar en el inframundo, sería el turno de las flores marchitas, del frío y de la esterilidad; es decir, otoño e invierno.
El solsticio de invierno en los mayas
Por otro lado, otra civilización que explicaba estos fenómenos eran los mayas, para quienes era de gran importancia el movimiento de los astros y el simbolismo calendárico.
Para los mayas había una vinculación importante entre ese simbolismo con su arquitectura, dado que el simbolismo calendárico determinaba su relación con la vida ritual y cotidiana.
Por ejemplo, se conoce que hay zonas arqueológicas mayas –como Mayapán, Chichén Itzá, Dzibilchaltún y Oxkintok– en donde se dan eventos de luz y sombra que atraen, todos los años, a turistas y curiosos. Sobre los basamentos piramidales se observa un juego de luces y sombras propiciados por el movimiento del sol. Estos se dan durante los equinoccios y solsticios.
En los últimos años, los arqueólogos han discutido, a través de la arqueoastronomía (una ciencia muy reciente), sobre esos eventos de luz y sombra en las estructuras arqueológicas.
Sus hallazgos apuntan a que no se presentan en las mismas fechas que en los calendarios occidentales, aunque han encontrado que los fenómenos astronómicos sirvieron para señalar los cambios de estaciones y tenían una relación con la agricultura y los ciclos rituales.
En el caso del solsticio de invierno, para los mayas, tiene que ver con el inicio de un nuevo ciclo de vida, el nacimiento del nuevo sol. Se trata de un ciclo que implica un cambio en las cosechas y que advierte el comienzo de algo nuevo.
El solticio como una celebración en otras culturas
Pero no son las únicas culturas en donde se celebra el solsticio de invierno, también la civilización Inca celebraba la llegada de un nuevo año y realizaban un festival para honrar a Inti, dios sol.
Para los mexicas el solsticio de invierno significaba el advenimiento de Huitzilopochtli, dios del Sol y de la guerra, durante el mes panquetzaliztli. En esa fecha el sol era más pequeño, por lo que la luz del día duraba menos y el sol se ubicaba más hacia el huitztlampa, entonces nacía el Huei Yaoquizque, Huitzilopochtli.
Los antiguos romanos hacían un festival que duraba siete días y los persas conmemoraban el nacimiento de la diosa de la luz, Mitra, que derivaba de un festival zoroástrico. En Irán, en la actualidad, se celebra Shab-e Chelleh, y las familias se reúnen en la víspera del primer día de invierno, según el calendario persa.