Científicos hallaron dos nuevos arrecifes de coral y dos montes submarinos inexplorados en las islas Galápagos. Se trata de un arrecife de 800 metros de largo, “el equivalente a ocho campos de fútbol“, y el segundo “mide 250 metros de largo”, señaló la Fundación Charles Darwin (FCD)..
Los arrecifes se encuentran entre los 370 y 420 metros bajo el nivel del mar de Galápagos y muestran “una rica diversidad de especies de corales pétreos, lo que apunta a que probablemente se han estado formando durante miles de años“, agregó la fundación.
El equipo de investigadores también desenterró dos montes submarinos inexplorados, cuya existencia se sospechaba por imágenes satelitales.
Los nuevos arrecifes se suman al hallazgo que hicieron en abril pasado, cuando en otra expedición encontraron un arrecife coralino en la cima de un monte submarino no cartografiado, en la parte central de Galápagos.
La expedición duró 30 días y en ella participaron 24 científicos de 13 organizaciones y universidades, entre ellas el Instituto de Pesca y Ciencias Marinas de la Universidad de la Universidad de Terranova y Labrador, el Parque Nacional Galápagos, la Fundación Charles Darwin, la Sociedad Geográfica Nacional, la Universidad de Bristol, el Instituto Oceanográfico de Woods Hole, la Universidad de Costa Rica, entre otros.
“Encontrar arrecifes tan profundos y longevos nos acerca a pasos importantes para proteger dimensiones ocultas de la diversidad oceánica y comprender el papel que desempeñan los hábitats profundos en el mantenimiento de la salud de nuestros océanos”, dijo Stuart Banks, investigador de la FCD.
Galápagos se ubica a mil km frente a la costa de Ecuador y es considerado una Reserva de la Biósfera, Cuenta con un área marina protegida de 198 mil km2.
Hasta abril de este año, el Parque Nacional Galápagos consideraba que el arrecife Wellington, frente a la isla Darwin era el único que sobrevivió al fenómeno climático de “El Niño” de 1982 y 1983.
El frágil ecosistema de Galápagos forma parte del Patrimonio Natural de la Humanidad e inspiró al científico inglés Charles Darwin, para escribir su teoría sobre la evolución de las especies en el siglo XIX.