Quien inicialmente le da su nombre que perdura hasta hoy, fue el célebre médico de la antigüedad griega, Hipócrates. Se trata del cáncer, llamado así por la forma de algunos carcinomas que le recordaban al padre de la medicina la silueta de un cangrejo.
Más que una enfermedad, el cáncer pudiera considerarse una serie de padecimientos que tienen en común la reproducción descontrolada de células, que pueden surgir en cualquier parte del cuerpo y dispersarse e invadir cualquier órgano.
Se calcula que a nivel mundial hay más de 19 millones de casos de cáncer y casi 10 millones de muertes anualmente.
El cáncer de mama femenino es el más frecuente en ser diagnosticado con 2 millones 300 mil casos, seguido por el cáncer de pulmón, colorrectal, de próstata y de estómago.
Algunos pueden ser heredados, otros a consecuencia de una sustancia que dañe los mecanismos de control reproductivo celular y otros por simple envejecimiento y falla de esos sistemas.
Entre las mujeres el cáncer más diagnosticado y de mayor mortalidad es el de mama y entre los varones el de pulmón. En cuanto a la mortalidad hay una marcada diferencia entre hombres y mujeres. Los hombres tienen una tasa de mortalidad 43% más alta que las mujeres.
En nuestro país se diagnostican 191 mil casos de cáncer al año, de los cuales 84 mil fallecen, de acuerdo con la asociación mexicana de lucha contra el cáncer.
Aunque hasta hace muy poco la tasa de supervivencia, es decir el porcentaje de pacientes que vivían cinco años o más tras el diagnostico, estaba estancado, en años recientes todo ha mejorado. Pero el pronóstico depende de la etapa en que se diagnostica. Por ejemplo, la tasa de supervivencia para cáncer de colon en etapa inicial es del 90%. Pero en etapa avanzada disminuye a 14%. Diagnosticarse a tiempo es la clave.