Ciencia

Ecosistema subterráneo prosperó en el cráter de Chicxulub

El cráter gigante de Chicxulub, en Yucatán, y su sistema hidrotermal albergaron un ecosistema subterráneo que podría dar una idea de la vida primordial de la Tierra.

  • Este cráter de aproximadamente 180 kilómetros de diámetro y 65 millones de años, es la estructura de impacto de gran tamaño mejor conservada de la Tierra.

También es el mejor ejemplo de los tipos de cráteres de impacto que se produjeron en la Tierra mucho antes en el tiempo, durante un período de intenso bombardeo hace más de 3 mil 800 millones de años.

Los eventos de impacto durante ese período, llamados el Hadeano por los geólogos, fueron comunes y a menudo inmensos, y produjeron cráteres de miles de kilómetros de diámetro.

Investigaciones anteriores sugirieron que el mayor de esos eventos de impacto vaporizó episódicamente los océanos y envolvió la Tierra en una atmósfera llena de vapor de roca.

Durante esos tiempos, la superficie de la Tierra se consideraba inhabitable.

Cuando la vida no podía existir en la superficie de la Tierra ¿Podría haber estado al acecho debajo de los pisos de los cráteres en sistemas subterráneos de fluidos hidrotermales que fluían a través de la roca fracturada por el impacto? David Kring, del Instituto Lunar y Planetario, llamó a ese concepto la hipótesis del origen del impacto de la vida.

A principios de este año, un equipo internacional de científicos, dirigido por Kring, respondió parte de esa pregunta.

  • Demostraron que el cráter Chicxulub albergaba un vasto sistema hidrotermal que persistió durante cientos de miles de años.

Ese importante hallazgo fue revelado en un núcleo de roca extraído del anillo de pico del cráter por una expedición apoyada por el Programa Internacional de Descubrimiento del Océano y el Programa Internacional de Perforación Científica Continental.

En un nuevo estudio, publicado en la revista Astrobiology, Kring y sus colegas muestran que el sistema también albergaba vida.

A partir de 15 mil kilos de roca recuperada de un pozo de 1.3 kilómetros de profundidad, los autores localizaron pequeñas esferas del mineral pirita, de solo 10 millonésimas de metro de diámetro.

Los isótopos de azufre en el mineral mostraron que las esferas de pirita, llamadas framboides, estaban formadas por un ecosistema microbiano adaptado al fluido caliente cargado de minerales de un sistema hidrotermal que atravesaba el anillo de pico destrozado del cráter de impacto de Chicxulub.

La vida en el sistema extraía energía, o se alimentaba de, reacciones químicas que ocurrían en el sistema de rocas lleno de fluido.

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