La erupción del volcán Tonga del pasado 14 de enero dio lugar a una serie de oleadas atmosféricas captadas por el sistema satelital de la Nasa, Aqua, y analizadas por Lars Hoffmann y un equipo del Centro de Supercómputo, Jülich de Alemania.
La expulsión causó un patrón inusual de ondas gravitatorias atmosféricas, que son oleadas en el aire similares a lo que vemos en un estanque cuando cae algún objeto. Generalmente se dan cuando masas de aire caliente y frío chocan.
Si bien no es un fenómeno inusual, generalmente pasa desapercibido a menos que se vean algunas hileras de nubes. Pero en este caso debido a la intensidad de los gases expulsados por el volcán, se generaron docenas de círculos concéntricos, cada uno representando una onda de movimiento rápido del aire a lo largo de 16 mil kilómetros. Estas oleadas probablemente dieron la vuelta al planeta varias veces.