Un equipo de científicos que investiga los límites de la vida ha conseguido nuevos datos sobre a qué profundidad bajo el lecho marino hace tanto calor que la vida microbiana ya no es posible.
Esta cuestión es el centro de un estrecho esfuerzo de cooperación científica entre la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marina-Terrestre (JAMSTEC) y MARUM, el Centro de Ciencias Ambientales Marinas de la Universidad de Bremen, cuyos resultados publican ahora en la revista Science.
Una expedición del Programa Internacional de Descubrimiento de Océanos ha proporcionado estos nuevos conocimientos sobre los límites de temperatura de la vida debajo del suelo oceánico.
Los sedimentos que se encuentran en las profundidades del fondo del océano presentan un hábitat muy duro.
La temperatura y la presión aumentan constantemente con la profundidad, mientras que el suministro de energía se vuelve cada vez más escaso.
Solo se sabe desde hace unos 30 años que, a pesar de estas condiciones, los microorganismos habitan el lecho marino a varios kilómetros de profundidad.
La biosfera profunda aún no se comprende bien, y esto plantea preguntas fundamentales: ¿Dónde están los límites de la vida y qué factores los determinan?.
La temperatura ambiente bien podría ser un factor importante.
Los microorganismos termofílicos pueden existir cómodamente a temperaturas de hasta 80 grados.
Además, hay bacterias hipertermófilas y arqueas que prosperan a temperaturas aún más altas, pero requieren un alto suministro de energía para mantener sus células.
En condiciones ideales de laboratorio, estos pueden soportar temperaturas de hasta 122 grados durante un período corto de tiempo.
Pero para estudiar cómo las altas temperaturas afectan la vida en la biosfera profunda de baja energía a largo plazo, es necesaria una extensa perforación en aguas profundas.
Sólo unos pocos sitios de perforación científica han alcanzado profundidades en las que las temperaturas en los sedimentos superan los 30 grados Celsius”, explicó el líder del estudio, Kai-Uwe Hinrichs.
Al igual que la búsqueda de vida en el espacio exterior, determinar los límites de la vida en la Tierra está plagado de grandes desafíos tecnológicos.
Las temperaturas de 120 grados se encuentran normalmente a unos 4 mil metros por debajo del fondo del mar.