Las personas en Estados Unidos podrán consumir pollo creado en laboratorio. Y es que el Departamento de Agricultura de ese país ya revisó y aprobó las etiquetas de Upside Foods y Good Meat, indicó un portavoz, por lo que las empresas afirmaron que esa carne de pollo estará pronto disponible en algunos restaurantes.
Se trata de la primera ocasión en que Estados Unidos aprueba la venta de pollo creado directamente a partir de células animales, lo que allana el camino para el consumo de carne generada en laboratorio.
Ambas compañías ya habían sido autorizadas en noviembre del 2022 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), quien se encarga de la regulación de la calidad de esos productos, así como por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, quien otorgó el visto bueno la semana pasada.
“Esta aprobación cambiará fundamentalmente la forma en que la carne llegará a nuestra mesa. Es un paso gigantesco hacia un futuro más sostenible que preserve la elección y la vida”, indicó Uma Valeti, director general y fundador de Upside Foods.
Por su parte, Josh Tetrick, director general de GOOD Meat, división de alimentos cultivados de Eat Just, añadió que han sido la única empresa en vender carne cultivada en cualquier parte del mundo desde que la lanzaron en Singapur en 2020.
Aunque triunfar en el mercado general de la carne de laboratorio es complicado y caro, algunas firmas han puesto sus miras en la comida para mascotas, cuyos consumidores son menos exigentes.
Bond Pet Foods, empresa emergente de Colorado, crea proteínas animales a partir de un proceso de fermentación microbiana para alimentar perros.
Hay oposición pues consideran no cuida el medio ambiente
Crear carne en un laboratorio consiste primero en extraer células de un animal vivo o de un óvulo fecundado, para generar un banco celular que pueda conservarse congelado durante décadas. Esas células se desarrollan en tanques de acero donde se alimentan con nutrientes similares a los que comerían los animales.
Semanas después, el producto resultante se “cosecha” y se moldea como filetes de pollo o satay.
Aunque este tipo de carne es presentado como una alternativa respetuosa con el medio ambiente, investigadores de la Universidad de California en Davis se opusieron en un estudio publicado el mes pasado, que aún no ha sido revisado por expertos.
Consideraron que el impacto ambiental de la carne creada es probablemente superior, al menos en el caso de la carne vacuna, en función de los métodos de producción. Esto se debería a la energía requerida y a los gases de efecto invernadero emitidos en todas las etapas de producción.
Uno de los factores más significativos es el uso de “medios de crecimiento purificados” o los ingredientes utilizados para ayudar a las células animales a multiplicarse mediante métodos similares a los de las empresas de biotecnología para fabricar productos farmacéuticos.
“Si las empresas tienen que purificar los medios de crecimiento hasta niveles farmacéuticos, se utilizan más recursos, lo que aumenta el potencial de calentamiento global”, explicó el autor principal del estudio, Derrick Risner.