Estados Unidos invertirá mil 200 millones de dólares en dos proyectos para capturar CO2 directamente de la atmósfera, “la mayor inversión” jamás realizada en esta tecnología que pretende luchar contra el calentamiento global pero sigue siendo criticada por algunos expertos.
“Reducir nuestras emisiones por sí solo no revertirá las crecientes consecuencias del cambio climático; también debemos eliminar el CO2 que ya hemos emitido a la atmósfera”, dijo la secretaria de Energía Jennifer Granholm en un comunicado.
Los dos proyectos, ubicados en Texas y Luisiana, son los primeros de esta escala en Estados Unidos.
Cada uno tiene como objetivo eliminar un millón de toneladas de CO2 por año, equivalentes a las emisiones anuales de 445 mil automóviles.
Cada proyecto abarcará 250 veces más CO2 que el sitio de captura más grande actualmente en funcionamiento, dijo el Departamento de Energía.
La empresa suiza Climeworks, líder del sector, opera actualmente una planta en Islandia con capacidad anual para capturar 4 mil toneladas de CO2 del aire.
Climeworks participará en el proyecto de Luisiana, que almacenará bajo tierra el CO2 capturado.
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), existen actualmente en el mundo 27 sitios de captura de carbono atmosférico, pero su escala es pequeña. Más de 130 proyectos están en desarrollo, indicó.
Estas inversiones del Gobierno de Joe Biden se enmarcan en una ley de infraestructura aprobada en 2021.
El Departamento de Energía había anunciado previamente que quería invertir en cuatro proyectos por un monto total de 3 mil 500 millones de dólares.
¿Captura de CO2 atmosférico?
La captura de dióxido de carbono directamente de la atmósfera es uno de los métodos que el Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera necesarios para combatir el calentamiento global.
Sin embargo, esta tecnología también tiene sus detractores, a quienes les preocupa que sea un pretexto para seguir emitiendo gases de efecto invernadero, en lugar de cambiar más rápidamente a energías limpias.
Las técnicas de captura directa de aire (DAC), también llamadas de eliminación de dióxido de carbono (EDC), se centran en el CO2 ya emitido a la atmósfera.
Se diferencian de los sistemas de captura y almacenamiento de carbono (CCS) en la fuente -las chimeneas de las fábricas, por ejemplo-, que evitan que emisiones adicionales lleguen a la atmósfera.
El Gobierno de Biden anunció en mayo un plan para reducir las emisiones de CO2 de las centrales eléctricas de gas y carbón, centrándose en particular en esta segunda técnica.