Aunque su desarrollo lleva años, los drones son uno de los símbolos del Siglo XXI, en 2002 un dron semiautónomo detectó un grupo de milicianos de Al-Qaeda en Irak y literalmente los vaporizó con varios misiles de entonces para acá los drones se han vuelto cada vez más comunes, al grado de no asombrarnos, sin embargo, un dron capaz de recargar combustible a un avión en pleno vuelo asombró a propios y extraños esta semana.
En el reciente congreso Amsterdam Drone Week, se vislumbró el futro de los drones.
Drones que llevarán las maletas del pasajero, controlarán el tráfico de vehículos, vigilarán infraestructuras críticas, llevarán primeros auxilios de emergencia, tomarán fotografías aéreas a los turistas, apagarán fuegos, transportarán personas.
Cuestiones como futuras alianzas público-privadas, regulaciones, áreas de investigación y desarrollo así como prioridades de los proyectos fueron anticipadas.
Evolución de los drones también es cuestión de seguridad internacional. Los drones generan tantas expectativas como temores.
Por ejemplo, la incursión de un par de drones desconocidos en el Aeropuerto de Gatwick causó caos aéreo obligando a suspender centenares de vuelos. Durante 32 horas ningún avión pudo despegar o aterrizar.
Las normativas prohíben volar drones cerca de aeropuertos, pero en la práctica es muy complicado “cazar” a un pirata aéreo.
Incluso las autoridades de seguridad aérea admitieron que resulta “imposible” evitar estos actos delictivos, pese a las normativas, protocolos y sanciones administrativas y penales.