Ciencia

Geología de Venus ya es accesible pese a su gruesa atmósfera

Experimentos de laboratorio en el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) han desarrollado una forma de determinar la naturaleza de la superficie de Venus utilizando nuevos instrumentos desde la órbita.

Pese a su impenetrable atmósfera, toda la superficie de Venus ahora se puede mapear mineralógicamente por primera vez, abordando una gran brecha en la investigación planetaria, según un comunicado de este organismo.

Venus es el planeta hermano de la Tierra. Tiene casi exactamente el mismo tamaño y orbita en promedio a solo 40 millones de kilómetros más cerca del Sol.

Sin embargo, los dos planetas se desarrollaron de formas muy diferentes.

En la Tierra, se formaron continentes, separados por océanos.

Luego, hace unos 3 mil 500 millones de años, la vida emergió bajo su atmósfera y se convirtió en la gran variedad de organismos que conocemos hoy.

Las cosas sucedieron de manera muy diferente en Venus, que está rodeada por una atmósfera de gas 100 veces más espesa que la de la Tierra.

Dentro de él, el efecto invernadero extremo da como resultado una temperatura superficial constante de 470 grados Celsius, una temperatura a la que el agua se evaporaría instantáneamente e incluso el plomo se derretiría.

El planeta está permanentemente envuelto en espesas nubes de ácido sulfúrico, lo que hace imposible que los telescopios de la Tierra o los instrumentos a bordo de las naves espaciales adquieran siquiera un vistazo de la superficie.

Empero, los científicos han logrado mapear su paisaje utilizando un radar.

Y ahora, a través de una serie de experimentos de laboratorio, los investigadores del DLR han desarrollado un nuevo método para determinar la naturaleza de la superficie del planeta desde la órbita.

 

Durante unos buenos 10 años, hemos estado usando una instalación de laboratorio única para medir las propiedades de emisión de varias rocas del tipo que podríamos esperar encontrar en Venus bajo las mismas condiciones extremas que prevalecen en el planeta”, comentó Jörn Helbert, director del Laboratorio de Espectroscopía Planetaria (PSL) de DLR y autor principal de la investigación.

 

La reflectancia y la emisividad de las rocas cambian cuando están expuestas a las altas temperaturas que se encuentran en Venus. Como resultado, los perfiles espectrales medidos a temperaturas terrestres no pueden simplemente aplicarse allí”, agregó.

Para hacer posible el mapeo a pesar de la atmósfera del planeta, los científicos se están enfocando en lo que se conoce como “ventanas atmosféricas”.

Se trata de bandas estrechas de longitudes de onda en las que la atmósfera de Venus es transparente y, por lo tanto, permiten ver la superficie.

Existen cinco de estas ventanas en longitudes de onda cercanas a los mil nanómetros.

Estas longitudes de onda se encuentran en el infrarrojo cercano, que es adyacente a la parte visible del espectro electromagnético, aproximadamente 400 a 700 nanómetros.

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