Este 7 de diciembre, se cumplen
26 años desde que la
misión Galileo de la
NASA orbitase por primera vez
Júpiter y que su sonda penetrase la atmósfera 200 kilómetros antes de quedar destruida. En 1995, tras un viaje de seis años desde la
Tierra, el orbitador permaneció operativo recopilando datos científicos de la atmósfera de Júpiter, su campo magnético, sistema de anillos y de los principales satélites, como
Ío y
Europa, hasta el fin de la misión en el 2003.
Resultados
Entre los principales
descubrimientos científicos de la misión se encuentran los resultados sobre el océano subsuperficial de Europa. La sonda Galileo constituyó la
primera navegación in situ de la atmósfera de un planeta gigante. Entre los resultados más destacados obtenidos se encontró que la atmósfera joviana contenía una proporción mayor de elementos pesados como
carbono, nitrógeno, neón y otros. Este resultado parecía contradecir la mayoría de modelos de formación del planeta que predecían una proporción de estos elementos parecidos a la del
Sol. El enriquecimiento en elementos pesados obligó a revisar estos modelos en profundidad. Por otro lado, la sonda fue incapaz de encontrar una alta proporción de
oxígeno, en forma de vapor de agua en la atmósfera joviana. Al parecer, la sonda penetró en una región particularmente activa meteorológicamente, lo que pudo falsear los resultados globales de las medidas de volátiles, sustancias como el
agua que pueden condensar y formar nubes en la atmósfera de Júpiter.