Los enormes hipopótamos de Pablo Escobar han representado un gran dilema para las autoridades medio ambientales de Colombia.
Son los herbívoros que se han adueñado del río Magdalena y que alguna vez formaron parte del excéntrico zoológico privado del narcotraficante, en la Hacienda Nápoles, en Antioquía.
Desde que el capo fue acribillado en 1993, quedaron a la deriva en el caudal, donde se reprodujeron sin control. De tres ejemplares originales, hoy nadan unos 150. Se les considera una especie invasora y hay quienes piden que sean sacrificados.
“Ya fueron considerados una especie invasora. Y cuando se les considera una especie invasora, como se dice, se vale todo”, dijo Ernesto Zazueta, presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México.
No obstante, los hipopótamos han despertado empatía entre los lugareños.
“Ya hacen parte también, como de nosotros, como la mascota del pueblo”, puntualizó Diego Alejandro Rojas, habitante del Doradal.
Por esa misma simpatía, una ONG colombiana y una casa productora de Argentina se involucraron en su rescate, e invitaron después a Ernesto Zazueta, presidente de la Asociación de zoológicos, criaderos y acuarios de México.
Así nació la idea de traer a México a diez hipopótamos, en concreto al santuario Ostok de Culiacán, Sinaloa. Ya cuentan con permiso de Senasica.
También acordaron movilizar otros 60 hipopótamos a un zoológico de Jamnagar, en la India.
“En lo que respecta a México, ahorita en lo que estamos es viendo el tema del traslado que es carísimo, vale casi medio millón de dólares, y estamos buscando sponsor en patrocinadores que tenemos nosotros, que no tenemos, que queremos tener para que nos apoyen en esta misión tan importante de poner. Lo de la India en sí ya va muy adelantado, ya conseguimos los vuelos. Yo creo que en dos meses los estamos mandando”, señaló Ernesto Zazueta.
En coordinación con el gobierno de Colombia, se buscará un nuevo hogar para el resto de los hipopótamos. El zoológico mexiquense de Zacango, por lo pronto, analiza traer algunos.