El telescopio espacial Hubble, operado por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), completó su gran gira anual por el Sistema Solar Exterior.
Un recorrido a través de los planetas gigantes, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y que alcanza una separación de hasta 30 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.
A diferencia de los planetas terrestres rocosos como la Tierra y Marte, que se apiñan cerca del calor del Sol, estos más lejanos están compuestos principalmente de ‘sopas’ gaseosas frías de hidrógeno, helio, amoníaco, metano y otros gases alrededor de un núcleo intensamente caliente y compacto
señaló la ESA.
Aunque las naves espaciales han enviado instantáneas de sus visitas a estos cuatro planetas durante los últimos 50 años, sus atmósferas coloridas y arremolinadas cambian de forma constante.
Nuevas sorpresas
Por eso, cada vez que las cámaras del Hubble vuelven a visitar estos planetas, hay nuevas sorpresas que ofrecen nuevas perspectivas sobre su clima salvaje, impulsado por dinámicas aún desconocidas y que tienen lugar bajo las nubes.
Las instantáneas del Hubble revelan los cambios tanto extremos como sutiles que tienen lugar en estos mundos distantes.
La aguda vista del Hubble recoge información sobre los fascinantes y dinámicos patrones climáticos y estos gigantes gaseosos y permite a los astrónomos investigar las variables similares y diferentes a la vez que contribuyen a sus atmósferas cambiantes.
El Telescopio Hubble, puesto en órbita en abril de 1990 se ha convertido en una herramienta indispensable para el estudio de nuestro Universo.