Ciencia

Investigación descifra el genoma vegetal más antiguo del mundo con semillas de sandía

La evidencia sugiere que a los libios del neolítico les gustaban las semillas de la sandía, un manjar local que todavía se consume en la actualidad.

Semillas de sandía de la era neolítica recolectadas en un sitio arqueológico en el desierto del Sahara, en Libia, han permitido descifrar el genoma vegetal más antiguo hasta ahora, el cual data de 6 mil años.

Un estudio que combinó aspectos del trabajo de base arqueológico con investigación genómica de vanguardia para arrojar nueva luz sobre la domesticación de la sandía y cómo nuestros antepasados consumían a los parientes antiguos de esta popular fruta, reveló esta información.

Sorprendentemente, la evidencia sugiere que a los libios del neolítico les gustaban las semillas de la sandía, un manjar local que todavía se consume en la actualidad, pero evitaban la pulpa de sabor amargo de la fruta.

Foto: Pexels.

Sandía, manjar mundial desde tiempos remotos

Se estima que cada año se producen en todo el mundo más de 200 millones de toneladas de sandía domesticada (Citrullus lanatus) y el cultivo se encuentra entre los 10 más importantes de Asia Central.

En general, se acepta que la fruta de pulpa roja se originó en África, donde un pariente cercano probablemente fue domesticado por primera vez en el valle del Nilo y lo que es el actual Sudán del Norte, pero el descubrimiento a principios de la década de 1990 de supuestas semillas de sandía en el sitio neolítico de Uan Muhuggiag en Libia, continuó desconcertando a los científicos.

Para comprender mejor el viaje de la sandía desde la planta silvestre hasta el cultivo domesticado, investigadores recolectaron y analizaron docenas de semillas de sandía y parientes de la sandía de las colecciones del herbario de Royal Botanics Gardens (RBG Kew).

También obtuvieron y estudiaron semillas fósiles de Libia y Sudán, fechadas por radiocarbono (C-14) hace más de 6 mil y 3 mil años, respectivamente.

Genoma de las semillas de sandía

La doctora Susanne S. Renner, de la Universidad de Washington en St. Louis, quien junto con el doctor Guillaume Chomicki, de la Universidad de Sheffield, dirigió el estudio, habló en un comunicado sobre la morfología de las semillas.

“La morfología de las semillas, especialmente de las semillas antiguas, era simplemente insuficiente para identificar de manera confiable qué especies estaban usando en el neolítico los colonos en Libia “, manifestó Renner.

Los científicos pudieron resolver el misterio cuando analizaron el genoma de las semillas y recuperaron largos tramos en todos los cromosomas, posiblemente el genoma más antiguo jamás registrado con tanto detalle de una planta cuya edad se ha verificado mediante análisis de datación por radiocarbono.

Asimismo, secuenciaron los genomas de docenas de especímenes de sandía en las colecciones del herbario de Kew, algunos de los cuales se recolectaron por primera vez a principios del siglo XIX.

Los hallazgos del estudio indican que los libios del Neolítico recolectaron o incluso cultivaron una especie de sandía de sabor amargo, en lugar de la cosecha de sabor dulce de hoy.

Esta nueva información fue consistente con las marcas de dientes encontradas en algunas de las semillas más antiguas recolectadas en Sudán por la doctora Philippa Ryan, investigadora postdoctoral en Kew y coautora del estudio.

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