Investigadores descifran código de los Rollos del Mar Muerto
Combinando ciencias y humanidades, investigadores de la Universidad de Groninga han descifrado el código de los Rollos del Mar Muerto, lo que les permite descubrir a los escribas detrás de los pergaminos.
Los Rollos del Mar Muerto, descubiertos hace unos 70 años, son famosos por contener los manuscritos más antiguos de la Biblia hebrea o Antiguo Testamento y muchos textos judíos antiguos desconocidos hasta ahora.
Pero las personas individuales detrás de los pergaminos han eludido a los científicos, porque los escribas son anónimos.
Académicos han sugerido que algunos manuscritos deberían atribuirse a un solo escriba basándose en la escritura a mano.
Intentaban encontrar una prueba irrefutable en la letra, por ejemplo, un rasgo muy específico en una carta que identificaría a un escriba”, explicó Mladen Popovic, profesor de Biblia hebrea y judaísmo antiguo.
Sin embargo, estas identificaciones son algo subjetivas y, a menudo, se debaten acaloradamente.
Popovic, en su proyecto “Las manos que escribieron la Biblia“, se asoció con su colega Lambert Schomaker, profesor de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Facultad de Ciencias e Ingeniería.
Schomaker ha trabajado durante mucho tiempo en técnicas para permitir que las computadoras lean la escritura a mano, a menudo de materiales históricos.
También realizó estudios para investigar cómo los rasgos biomecánicos como la forma en que alguien sostiene un bolígrafo o un lápiz afectarían la escritura a mano.
En este estudio, publicado en PLOS ONE, se centraron en un pergamino en particular: el famoso Gran Pergamino de Isaías de la Cueva 1 de Qumrán.
La escritura en este pergamino parece casi uniforme; sin embargo, se ha sugerido que fue hecha por dos escribas que comparten un estilo de escritura similar.
Este pergamino contiene la letra aleph o a al menos 5 mil veces. Es imposible compararlas todas a simple vista. Las computadoras son adecuadas para analizar grandes conjuntos de datos como 5 mil a escritas a mano. Las imágenes digitales hacen posible todo tipo de cálculos informáticos, en el micronivel de caracteres, como la medición de la curvatura, así como caracteres completos”, explicó Lambert Schomaker.
El ojo humano es asombroso y presumiblemente también tiene en cuenta estos niveles. Esto permite a los expertos ver las manos de diferentes autores, pero esa decisión a menudo no se toma mediante un proceso transparente”, agregó.
El primer obstáculo para descifrar esto fue entrenar un algoritmo para separar el texto de su fondo.
Para esta separación o binarización, Dhali desarrolló una red neuronal artificial de última generación que se puede entrenar mediante el aprendizaje profundo.
Esta red neuronal mantiene intactos los rastros de tinta originales hechos por el escriba hace más de 2 mil años tal como aparecen en las imágenes digitales.