Microbios nunca antes identificados fueron descubiertos en un ambiente salado, frío y casi sin oxígeno en un manantial en permafrost de Canadá. Este sitio fue estudiado por investigadores de la Universidad McGill mediante el uso de técnicas genómicas de última generación.
Este equipo de científicos demostró, por primera vez, que las comunidades microbianas que viven en el Alto Ártico de Canadá, en condiciones análogas a las de Marte, pueden sobrevivir comiendo y respirando compuestos inorgánicos simples, como metano, sulfuro, sulfato, monóxido de carbono y dióxido de carbono.
Expresaron que este descubrimiento es tan convincente que la Agencia Espacial Europea (ESA) seleccionó muestras de los sedimentos donde se produjo el hallazgo para probar las capacidades de detección de vida de los instrumentos que planean usar en la próxima misión ExoMars.
Lost Hammer Spring, dijeron, en Nunavut, en el Alto Ártico de Canadá, es uno de los manantiales terrestres más fríos y salados descubiertos hasta la fecha. El agua que sube a través de 600 metros de Permafrost hasta la superficie es extremadamente salada siempre a temperaturas bajo cero y casi no contiene oxígeno.
Las altísimas concentraciones de sal evitan que el manantial Lost Hammer se congele, manteniendo así un hábitat de agua líquida incluso a temperaturas bajo cero. Estas condiciones son análogas a las que se encuentran en ciertas áreas de Marte, donde se observaron depósitos de sal generalizados y posibles manantiales de sal fría.
Para obtener información sobre el tipo de formas de vida, un equipo de investigación de la Universidad McGill, dirigido por Lyle Whyte, utilizaron herramientas genómicas de última generación y métodos de microbiología de células individuales para identificar, y caracterizar una comunidad microbiana novedosa y, lo que es más importante, activa en este manantial único.
“Tomó un par de años de trabajo con el sedimento antes de que pudiéramos detectar con éxito las comunidades microbianas activas”, explicó Elisse Magnuson, estudiante de doctorado en el laboratorio de Whyte y el primer autor del artículo
El equipo aisló y secuenció el ADN de la comunidad de primavera, lo que les permitió reconstruir los genomas de aproximadamente 110 microorganismos, la mayoría de los cuales nunca antes se habían visto.
Estos genomas permitieron al equipo determinar cómo estas criaturas sobreviven y prosperan en este entorno extremo único, actuando como planos para posibles formas de vida en entornos similares.
“Los microbios que encontramos y describimos en Lost Hammer Spring son sorprendentes porque, a diferencia de otros microorganismos, no dependen de la materia orgánica ni del oxígeno para vivir”, añade Whyte.
Los próximos pasos en la investigación serán cultivar y caracterizar aún más a los miembros más abundantes y activos de este extraño ecosistema microbiano, para comprender mejor por qué y cómo prosperan en el estiércol muy frío y salado de Lost Hammer Spring.