Las luces que iluminaron el cielo de Ciudad de México durante el sismo de magnitud 7.1 la noche de este martes 7 de septiembre, son un fenómeno natural producto de la carga electromagnética que provocan las rocas al colapsarse en el movimiento telúrico.
Su nombre es “luces de terremoto”, conocidas como EQL, por sus siglas en ingles, y son un fenómeno que se ha observado antes o después de un sismo.
De acuerdo con información del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el fenómeno lumínico se produce por el choque de las capas tectónicas, las cuales generan una carga eléctrica.
Las ondas electromagnéticas ionizan el aire, al llegar a las nubes chocan con las cargas eléctricas y producen los destellos.
Rocas de la corteza terrestre como el basalto y gabro tienen pequeñas imperfecciones en sus cristales.
Cuando una onda sísmica golpea la fricción libera cargas eléctricas de estas rocas.
Las cargas se juntan y salen disparadas a la superficie a gran velocidad, manifestándose en el aire en forma de descargas eléctricas y luz.
Se cree que solo el 0.5% de los sismos en el mundo producen estas luces.
Así que si la viste, fuiste testigo de un fenómeno muy raro.