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Memoria visual, tres consejos para que los estudiantes la desarrollen

La memoria visual es una herramienta imprescindible para que los estudiantes puedan leer rápidamente, comprender la información y perfeccionar la ortografía. Javier Arroyo, cofundador de la plataforma educativa Smartick, afirma que además de promover la lectura diaria, los padres pueden apoyar a sus hijos por medio de ejercicios de memoria visual que les ayudarán a tener un mayor desarrollo escolar. Y es que para el especialista, fortalecer la memoria visual es fundamental para asegurar que el alumno sea capaz de memorizar y almacenar las palabras leídas en su léxico mental, pues mientras se aprende a leer y a escribir, la mayoría de los niños tienen que decodificar fonéticamente las palabras para poder transcribirlas. Por ejemplo, explica Arroyo, cuando se escribe una palabra como “hora” y no dudamos en escribirla con h, es porque se está visualizando la palabra en la mente.
“No estamos convirtiendo simplemente los fonemas en grafemas, sino que estamos recurriendo a nuestro ‘almacén visual ortográfico’, nuestra memoria visual, para escribir correctamente”, explica Javier Arroyo.
Agrega que la única forma de aprenderse la ortografía de las palabras irregulares y diferenciar las homófonas, es creando una representación mental de las mismas. Y para tener almacenada la representación ortográfica de una palabra en nuestra memoria, dice el experto, es necesario haberla leído anteriormente muchas veces.
“También en el caso de la ortografía, durante el aprendizaje lector, el niño va creando en su memoria representaciones mentales de las palabras. En general, cuanta mayor sea la práctica lectora de un niño, mayor será el número de palabras almacenadas en su léxico ortográfico”, comenta el especialista.
A continuación, Javier Arroyo recomienda tres ejercicios que pueden realizar los estudiantes para fomentar una buena memoria visual. En las primeras actividades de estos ejercicios, los niños tienen que recordar pocos elementos (dos o tres imágenes). El orden en el que se recuerdan no es lo más importante. Este es un tipo específico de memoria que permite recordar detalles visuales en la secuencia correcta. Esta es una habilidad fundamental para el aprendizaje de la ortografía y de la lectura, ya que es necesario recordar la secuencia de letras para deletrear la palabra correctamente. La dificultad de las actividades de memoria visual no depende solamente del número de elementos sino también del tipo de recuerdo (secuencial vs. no secuencial), de la información a recordar y del orden. En los ejercicios más fáciles hay que recordar imágenes pero, cuando se llega a un nivel de dificultad superior, se deben memorizar íconos o figuras geométricas porque son imágenes más abstractas. Arroyo concluye que existen muchas maneras de impartir conocimiento, entrenar la mente y ejercitar la memoria para mejorar ciertas habilidades que ayudarán a conseguir metas aún más grandes como leer más o leer mejor, comprender lo que se lee en su totalidad o tardar menos tiempo en leer cierta cantidad de páginas, entre otros.
“Lo importante es descubrir la manera adecuada cómo aprende cada niño y acompañarlo en el proceso, celebrando sus victorias apoyándolo en sus traspiés”, afirma Arroyo.
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