El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, expresó el miércoles su esperanza de mejorar las relaciones con Turquía pese al reconocimiento del genocidio armenio por parte de su país, pero renovó las advertencias de sanciones si Ankara mantiene un sistema de defensa aéreo comprado a Rusia.
Le debemos a Turquía el respeto de manifestar nuestros desacuerdos de manera clara, directa y honesta, tal como esperamos y anticipamos lo mismo de Turquía”, dijo Blinken en una mesa redonda sobre libertad de prensa internacional, en respuesta a una pregunta de un periodista turco.
El sábado, el presidente estadounidense Joe Biden desafió décadas de presión turca y reconoció los asesinatos en masa de armenios por parte del imperio Otomano como “genocidio”, lo que llevó a Ankara a convocar al embajador de Estados Unidos.
Blinken señaló que Joe Biden le comunicó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la decisión por teléfono para que no hubiera “sorpresas”, y acordó reunirse con él en junio al margen de una cumbre de la OTAN.
Tengo muchas esperanzas de que podamos encontrar una manera positiva de avanzar”, dijo Blinken, y expresó su deseo de que ambos países trabajen “juntos” y profundicen su cooperación.
Biden había calificado a Erdogan de autócrata y las relaciones ya venían damnificadas desde que Turquía, miembro de la OTAN, había comprado sistemas de defensa aérea S-400 a Rusia, el principal adversario de la alianza.
Estados Unidos ha advertido repetidamente a Turquía que se deshaga de los S-400, por considerarlo una decisión “peligrosa”, para lo cual se apoyó una ley aprobada por el Congreso en 2017 que requiere sanciones contra terceros países por compras “significativas” de armas rusas.