El lanzamiento del nuevo megacohete de la NASA, en el marco de la misión Artemis 1 de regreso a la Luna, está previsto para darse en la noche entre este martes y mañana miércoles desde Florida, Estados Unidos.
El primer vuelo del cohete SLS, el más potente del mundo, está previsto para el miércoles con una ventana de lanzamiento de dos horas. El clima promete ayudar, con una probabilidad de que sea favorable en 90%.
“Llegará nuestro momento y esperamos que sea el miércoles”, dijo el lunes en la noche el gerente de la misión, Mike Sarafin.
Además, elogió “la perseverancia” de sus equipos tras dos intentos de despegue fallidos debido a dos huracanes.
50 años después de la última misión Apolo, este vuelo de prueba no tripulado, que sobrevolará la Luna sin aterrizar en su superficie, busca confirmar si el vehículo es seguro para una futura tripulación. Se espera que este mismo cohete lleve a la Luna a la primera mujer y a la primera persona de color.
Pese a que se trata de un lanzamiento nocturno, se espera que unas 100 mil personas admiren el espectáculo, particularmente desde las playas aledañas.
Las complejas operaciones de reabastecimiento de combustible empezarán este martes en la tarde, en el Centro Espacial Kennedy, y estarán comandadas por Charlie Blackwell-Thompson, la primera directora de lanzamiento de la NASA.
El cohete color naranja se llenará con 2.7 millones de litros de oxígeno líquido e hidrógeno. Durante el verano, una fuga de hidrógeno provocó la cancelación del segundo intento a último momento. Desde entonces, los procedimientos se modificaron y verificaron con éxito a través de una prueba.
La primera cancelación tuvo que ver con un sensor defectuoso, por lo que las y los funcionarios de la NASA han repetido que estos problemas son normales para una nave nueva, de la que sus equipos están aprendiendo.
Misión de 25 días y medio
Después de los problemas técnicos, dos huracanes amenazaron al cohete en sendos intentos. El cohete SLS de 98 metros de altura tuvo que ser devuelto a finales de septiembre a su edificio de ensamblaje, a pocos kilómetros de distancia, para protegerlo del huracán “Ian”, lo que pospuso el despegue varias semanas.
Después, cuando ya estaba en su plataforma de lanzamiento, tuvo que enfrentar los vientos del huracán “Nicole” hace menos de una semana. La tormenta causó daños a una fina capa de sellante en la parte superior del cohete, pero la NASA consideró que el riesgo era mínimo.
En total, el programa acumula varios años de retraso y se ha vuelto imperativo para la NASA completar con éxito la misión, que cuesta varios miles de millones de dólares.
Inmediatamente después del lanzamiento, las tripulaciones del centro de control en Houston, Texas, se encargarán.
La cápsula Orion será impulsada por dos propulsores y cuatro potentes motores debajo de la sección principal, los cuales se separarán apenas unos minutos más tarde. Después de un último envión desde el tramo superior, la cápsula estará camino a la Luna, a la que tardará varios días en llegar.
En este lugar se colocará en una órbita distante, aventurándose incluso a posicionarse hasta 64 mil kilómetros detrás de la Luna, más lejos que lo efectuado por cualquier otra nave espacial tripulada a la fecha.
Luego, la cápsula iniciará su retorno a la Tierra. Su escudo térmico, el más grande jamás construido, tendrá que soportar una temperatura equivalente a la mitad de la de la superficie del Sol cuando atraviese la atmósfera.
Si el despegue se concreta el miércoles, la misión duraría un total de 25 días y medio, con aterrizaje en el Océano Pacífico el 11 de diciembre.
Nueva era
Después del cohete Saturno V de las misiones Apolo y de los transbordadores espaciales, el SLS debería llevar a la NASA a una nueva era de la exploración humana en el espacio profundo. Tras esta primera misión, Artemis 2 llevará astronautas a la Luna en 2024, pero sin aterrizar todavía allí.
Ese honor está reservado para la tripulación del Artemis 3, en 2025 como muy pronto. Para entonces, la NASA quiere lanzar cerca de una misión cada año para establecer presencia humana y constante en la Luna, construir la Estación Espacial Gateway que orbite a su alrededor e instalar una base en la superficie lunar.
El objetivo es probar nuevos equipos allí, como trajes espaciales, vehículos presurizados, minicentrales eléctricas y usar el agua congelada, en busca de establecer una presencia humana duradera.
Este experimento serviría de preparación para un viaje tripulado a Marte, hacia finales de la década de 2030. Un viaje que de ida y vuelta tardará al menos dos años.