El Cold Atom Lab de la NASA, que es la primera instalación de física cuántica en orbita, permitió enfriar muestras de átomos a una millonésima de grado sobre el cero absoluto y darles forma de esferas huecas extremadamente delgadas en la Estación Espacial Internacional (EEI).
Este experimento de burbujas ultrafrías solo es posible en un entorno de microgravedad. Las y los científicos que participaron en él explicaron que estas burbujas podrían eventualmente usarse en nuevos tipos de experimentos con un material aún más exótico: un quinto estado de la materia (distinto de los gases, líquidos, sólidos y plasmas) llamado condensado de Bose-Einstein (BEC).
En un BEC, detallaron, las y los científicos pueden observar las propiedades cuánticas de los átomos a una escala visible a simple vista.
Por ejemplo, los átomos y las partículas a veces se comportan como como objetos sólidos y otras como onda, una propiedad cuántica llamada “dualidad onda-partícula”.
En ese sentido, la NASA informó que el experimento realizado en el Cold Atom Lab, el gas frío comienza en una gota pequeña y redonda, como una yema de huevo, y se esculpe en algo más parecido a una fina cáscara de huevo.
“En la Tierra, intentos similares fracasan. Los átomos se agrupan hacia abajo, formando algo más parecido a una lente de contacto que a una burbuja”, señaló.
Una serie de imágenes difundidas por la NASA muestra la formación de una burbuja atómica ultrafría, en diferentes etapas de inflación.
Las burbujas se forman a partir de nubes de gas enfriadas hasta casi el cero absoluto. Los campos magnéticos se utilizan para manipular los átomos desde una masa sólida, como una yema de huevo, hasta una esfera delgada y hueca, como una cáscara de huevo.
Las burbujas más grandes, dijo la NASA, tienen aproximadamente un milímetro de diámetro y un micrón de espesor (una milésima de milímetro o 0.0004 pulgadas).