Cuatro objetos no tripulados volaban a gran altitud en el espacio aéreo norteamericano en la última semana, por lo que la Fuerza Aérea los derribó, tras ser detectados como un amenaza por el Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica y una recomendación del Pentágono.
De igual manera, la Casa Blanca dijo que los tres “objetos” derribados el 10, 11 y 12 de febrero en el norte de Estados Unidos y en Canadá, fueron por orden del presidente Joe Biden, “eran quizás globos con funciones comerciales o científicas“inofensivas”.
En ese sentido, el cuatro de febrero, en California del sur, el 10 en el norte de Alaska, el 11 en el norte de Yukón canadiense, y el 12 en la zona de los grandes lagos, cuando un F-16 lanzó un misil Side Winder Aim-9x, un objeto no identificado que volaba a unos 7 mil metros de altura.
Este misil Side Winder fue diseñado en los años cincuenta y su velocidad máxima es de 3 mil kilómetros por hora.
La situación brincó a la prensa y a las redes sociales cuando un funcionario declaró que no descartaba ninguna posibilidad, insinuando un origen alienígena de los artefactos. Cabe recordar que un estudio de 1977, entre astrónomos norteamericanos indicó que al menos 5% consideraba que las anomalías que observaban se relacionaban con ovnis.
Además, en 1979 una encuesta entre científicos, 18% de ellos consideró plausible que los ovnis fueran naves extraterrestres. Asimismo, el reciente fallecido astrofísico, Frank Drake popularizó la idea de que la probabilidad de civilizaciones extraterrestres tecnológicamente avanzadas como para comunicarse con las personas, era extremadamente alta.
Algunos de sus críticos, como Peter Ward argumentaron la improbabilidad de estas afirmaciones, en virtud de que la mayoría de los parámetros de la ecuación son meras conjeturas y algunos términos carecen de base observacional.
El resultado en la corrección de la ecuación de Drake arroja una probabilidad prácticamente nula de que los aliens vengan a la Tierra.
