Los estereotipos negativos sobre las personas mayores incluidos en los sistemas de inteligencia artificial (IA), cada vez más presentes en el ámbito de la salud,
amenazan directamente la calidad de los tratamientos a los ancianos, alertó este miércoles la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
“En el sector de la salud, la IA tiene un gran potencial para mejorar la calidad de los tratamientos pero la codificación de estereotipos, de prejuicios o de discriminaciones en la IA o su manifestación en la forma en que se utiliza podría socavar la calidad de los cuidados para las personas mayores”, afirmó la OMS.
La IA se basa en el uso de extensas bases de datos que a menudo están hechas, compartidas y analizadas de forma poco transparente.
Inteligencia artificial
Como ya ha sido demostrado a nivel del género o el origen, estas bases de datos pueden estar sesgadas y reproducir o
amplificar prácticas discriminatorias por edad, ya muy extendidas en los sistemas de salud.
Los hombres mayores se benefician a menudo de exámenes más profundos que las mujeres mayores, o tienen más posibilidades de recibir ciertos tratamientos o cuidados preventivos”, señaló la doctora Vania de la Fuente-Núñez, que forma parte de la célula “Envejecer con salud” de la OMS.
La responsable también hace hincapié en los accesos a los
cuidados intensivos o al oxigeno decididos en función de la edad durante los momentos más críticos de la pandemia de COVID-19.
“Los algoritmos de la IA pueden incrustar las desigualdades existentes en el ámbito de la salud y discriminar sistemáticamente a una escala mucho más amplia que los sesgos individuales”,
indica el documento.
Estos defectos se pueden ver agravados por la infrarrepresentación de las personas mayores en las bases de datos utilizadas.
Como los
algoritmos se basan en informaciones acumuladas a partir de poblaciones jóvenes, existe el riesgo de que falte lo que es específico de los grupos de edad avanzada.
No obstante, el informe también subraya los
beneficios que pueden obtener los ancianos con estos sistemas de IA en materia de salud, como en la prevención de caídas o de otras urgencias médicas, gracias a la recogida de datos mediante los accesorios conectados.
La IA también puede actuar en la
medicina preventiva, al predecir de forma más precisa la evolución de una enfermedad y sus riesgos.
Brecha digital
Pero, aunque permite contrarrestar en parte la falta de personal, la IA también puede reducir el
contacto físico entre trabajadores sanitarios y pacientes mayores.
Eso hace que se limiten las ocasiones de combatir la discriminación por edad a través de las interacciones entre generaciones”, indicó la doctora De la Fuente-Núñez.
“También existe una enorme brecha digital que contribuye a aislar a las personas mayores, menos acostumbradas a las nuevas tecnologías, y dejarlas a un lado de un sistema sanitario donde la digitalización está ganando terreno a gran velocidad”,
agregó.
El informe aconseja combatir este problema informando mejor a las personas mayores sobre los sistemas digitales, pero también implicándolas más en todos los aspectos que pueden afectar en la forma en que son cuidadas.
Además de asociarlos en la elaboración de los algoritmos, es necesario incluirlos en los
comités éticos, por ejemplo, o asegurarse que las agencias sanitarias los consultan para detectar y eliminar los sesgos.