Ciencia

Pacientes recuperados de coronavirus continúan enfrentándose a las secuelas

Thomas apenas puede subir escaleras, hace meses dio positivo a COVID-19 y su sistema inmunológico pudo eliminar al virus de su cuerpo. Sin embargo, él continúa teniendo dificultad para respirar, fatiga crónica y algunos otros síntomas característicos de la enfermedad. Su diagnóstico es conocido como “Covid largo”.

 

Especialistas del Centro de Física y Medicina del Instituto Max Plank, de Alemania, han identificado alteraciones en los glóbulos rojos y blancos como una posible explicación a este padecimiento.

 

Las propiedades físicas de las células, por supuesto que tienen algo que hacer respecto a qué tan bien puedan circular en nuestro cuerpo y un síntoma que ocurre, que es descrito en pacientes con Covid largo, es que estos pacientes se sienten cansados, muy fatigados. Esto podría explicarse con el hecho de que las células de la sangre no pueden hacer su trabajo de forma correcta, porque tal vez no pueden llegar desde los pulmones hasta otros órganos de manera correcta”, señaló Jochen Guck, director de Ciencias de la luz, Instituto Max-Planck.

 

Utilizando una máquina capaz de observar en tiempo real el flujo de las células sanguíneas, pudieron identificar que los glóbulos de pacientes con Covid largo presentan diferencias en tamaño y elasticidad.

 

Lo que notamos principalmente e inmediatamente después de la primera medición es que, en pacientes con enfermedades agudas, los glóbulos rojos ya no se deforman como lo harían de manera habitual. Normalmente, los glóbulos rojos se estiran durante mucho tiempo, son mecánicamente muy suaves y por lo tanto encajan muy bien a través de los capilares sanguíneos más finos. En el caso de los pacientes con COVID, hemos descubierto que una gran proporción de estas células ya no tienen estas propiedades de deformación”, puntualizó Martin Kraeter, investigador, Instituto Max Planck.

 

Los investigadores han examinado más de cuatro millones de células sanguíneas de una veintena de pacientes aún con COVID-19 y las compararon con las de pacientes recuperados y con la sangre de personas que no han sido contagiadas. Aseguran que los daños que han identificado podrían ser la explicación a las oclusiones vasculares y embolias de pulmón que resultan fatales en los pacientes con Covid grave.

 

Ya estamos viendo el potencial de esta tecnología, porque estamos proporcionando nuevos conocimientos sobre la mecánica y las propiedades físicas de las células que quizás también podrían considerarse como un nuevo objetivo terapéutico. Se podrían desarrollar medicamentos que quizás regulen el tamaño o la rigidez de las células para que puedan vuelven a hacer mejor su trabajo, por ejemplo, en la circulación sanguínea”,  sostuvo Jochen Guck, director de Ciencias de la luz, Instituto Max-Planck.

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