Las primeras grabaciones de audio de Marte revelan un planeta tranquilo, donde el sonido circula lentamente y a dos velocidades diferentes, según un artículo publicado en la revista Nature.
El sorprendente paisaje acústico del planeta rojo está siendo revelado poco a poco por los micrófonos del robot Perseverance, que circula desde hace poco más de un año encima de su superficie.
Los primeros sonidos fueron grabados apenas el rover echó a andar. Debajo del sonido estridente del vehículo se podía percibir claramente una borrasca de viento.
El autor principal del estudio aparecido en Nature, Sylvestre Maurice, corresponsable de la SuperCam instalada en el robot, asegura que los análisis demuestran turbulencias que hasta ahora eran desconocidas.
Pero el planeta rojo reservaba sorpresas más importantes, como el hecho de que la frecuencia de sonidos agudos y la de sonidos graves viajan a velocidades diferentes.
El equipo de Maurice utilizó los registros del pequeño helicóptero Ingenuity, que acompaña al Perseverance, y los resultados auditivos de disparos de láser contra las rocas sondear su composición química.
Con este instrumento en particular, que emite una especie de “clac clac”, “teníamos una fuente de sonido muy localizada, a entre dos y cinco metros de distancia de su objetivo, y sabíamos exactamente cuándo iba a disparar”, explicó el investigador.
Los resultados confirmaron por primera vez que la velocidad del sonido es más lenta en Marte, de 240 m por segundo, en comparación con los 340 m en la Tierra.
Era previsible, puesto que la atmósfera de Marte contiene un 95% de dióxido de carbono, en comparación con el 0,04% de la Tierra. La atmósfera de Marte hace que el sonido sea amortiguado, del orden de unos 20 decibelios, con respecto a nuestro planeta, indicó el estudio.
Pero la sorpresa llegó al medir el sonido del láser: 250 m por segundo.
“Me entró un poco de pánico”, explicó el experto. “Me dije: una de las dos medidas es falsa, porque en Tierra, cerca de la superficie, el sonido solo tiene una velocidad”.
Pero los resultados fueron confirmados una y otra vez: los agudos del láser tienen una velocidad, los graves de las aspas del helicóptero otra.
“Los agudos se pierden muy rápido, incluso a corta distancia”, explicó Maurice. Eso implica que “una conversación entre dos personas sería difícil, incluso a cinco metros de distancia”, explicó el Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés al comentar el artículo.
“En Tierra, los sonidos de una orquesta te llegan al mismo tiempo, ya sean graves o agudos. En Marte, si estás un poco lejos de la escena (…) el desfase puede ser fenomenal”.
El análisis de los sonidos de las turbulencias, como los vientos verticales conocidos como “penachos de convección” permitirá en particular “afinar nuestros modelos digitales de predicción del clima y la meteorología”, explicó Thierry Fouchet, del Observatorio de París, otro de los autores del estudio.
Venus y Titán podrían ser los próximos candidatos para investigaciones sonoras mediante micrófonos como los utilizados en Marte.