¿Peces adictos por contaminación de metanfetaminas?
De acuerdo con Pavel Horky, de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida en Praga, los peces se están volviendo adictos a las metanfetaminas que se filtran en los ríos.
Desde principios de siglo, el monitoreo de las sustancias adictivas en aguas de drenaje es una actividad común en muchos países europeos como forma para evaluar el consumo de psicotrópicos entre la población.
El uso de metanfetaminas se ha concentrado en Chequia, Eslovaquia, España y el norte de Europa. Sin embargo, más allá de las tragedia que puedan provocar al ser humano, los ecosistemas lacustres también parecen estar sufriendo estragos.
Los investigadores checos dividieron 120 crías de trucha en dos tanques de 350 litros. El agua de un tanque contenía metanfetaminas que coincidían con las concentraciones medidas en los arroyos silvestres, mientras que el otro quedó sin contaminar como control.
Después de ocho semanas, se retiró la metanfetamina del tanque experimental y los peces que estuvieron expuestos a las drogas no solo exhibían síndrome de abstinencia; cuando se les puso a elegir entre un flujo de agua limpio y otro contaminado con metanfetaminas, las truchas eligieron el agua con droga siempre.
Al analizar los cerebros de los peces adictos, los científicos notaron niveles elevados de metanfetamina en su tejido neuronal y una actividad menor que disminuye sus posibilidades de sobrevivir y reproducirse en un ambiente natural.
Al igual que en los seres humanos, el deseo de los peces por las drogas podría eclipsar conductas naturales como la búsqueda de alimento o el apareamiento. Esto que llevaría un cambio en el funcionamiento de ecosistemas enteros.
Los resultados se publicaron esta semana en el Journal of Experimental Biology.