La crisis hídrica es severa en México, ya que a pesar de que en los últimos meses han ocurrido lluvias torrenciales, persiste la sequía en amplias zonas del país, afirmó Norma Elizabeth Olvera Fuentes, investigadora del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En opinión de Olvera Fuentes, esta situación se debe a una inadecuada planeación que no considera, por ejemplo, almacenar el agua de lluvia, modificar patrones de consumo para tener un uso racional del líquido o contar con políticas públicas eficientes.
La investigadora comentó durante una conferencia en el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), que este panorama se suma a que en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) hay 22.3 millones de habitantes, lo que representa una alta demanda de agua por satisfacer, ya que a diario se consumen cada día 61 metros cúbicos del vital líquido por segundo.
“Esta cifra representa cinco millones 270 mil 400 metros cúbicos por día, lo cual supera la cantidad de líquido disponible en el corto plazo”, sostuvo.
La especialista informó que 66.3% del agua que recibe Ciudad de México proviene de los acuíferos de la capital; 25.5% del Sistema Cutzamala; 6.3% del Sistema Lerma; y 1.8% de la presa Madín y sus manantiales, de acuerdo con datos del Sistema de Aguas de Ciudad de México (Sacmex).
Asimismo, Norma Elizabeth Olvera Fuentes explicó que numerosas presas y embalses alcanzaron mínimos históricos en sus niveles de almacenamiento, como consecuencia de la prolongada sequía que se extendió hasta mediados de 2024 y que todavía persiste en varias regiones del norte de México.
Entre los afectados, apuntó, se encuentra el Sistema Cutzamala, la principal fuente externa de agua para Ciudad de México. Como resultado, este sistema ha reducido su caudal de entrega desde noviembre de 2023, aportando apenas 40% del volumen que solía proporcionar a inicios de ese año.
Olvera Fuentes dijo que se vive una verdadera crisis hídrica, es decir, una situación en la que el suministro de agua disponible es insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de una población o ecosistema.
Los impactos de esta situación ocurren básicamente en materia de salud pública, agricultura, ecosistemas, economía y estabilidad social, anotó la investigadora.