Las primeras observaciones terrestres del núcleo desnudo de un cometa que se acerca al final de su vida activa revelan que está cubierto de granos de filosilicato, los conocidos polvos de talco.
Este descubrimiento proporciona pistas para reconstruir la historia de cómo este cometa evolucionó hasta su estado quemado actual.
Los núcleos de los cometas son difíciles de observar porque cuando ingresan al Sistema Solar Interior, donde son fáciles de observar desde la Tierra, se calientan y liberan gas y polvo que forman una coma que oscurece los núcleos.
Cuando se descubrió el cometa P / 2016 BA14 o PANSTARRS en enero de 2016, se lo confundió por primera vez con un asteroide, pero las observaciones posteriores revelaron una actividad cometaria débil.
Se cree que después de muchos viajes a través del Sistema Solar Interior, este cometa ha quemado casi todo su hielo y ahora se acerca al final de su vida cometaria.
El 22 de marzo de 2016, este cometa pasó a 3.6 millones de kilómetros de la Tierra, solo nueve veces más lejos que la Luna.
Un equipo de astrónomos del Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) y el Observatorio Astronómico Koyama de la Universidad Sangyo de Kioto aprovechó esta oportunidad única para observar el cometa con el Telescopio Subaru unas 30 horas antes de su aproximación más cercana a la Tierra.
Observaron con éxito el núcleo con una mínima interferencia de los granos de polvo en el coma.
Anteriormente, la composición de la superficie de un núcleo cometario solo se había observado mediante unas pocas observaciones “in situ” realizadas por misiones espaciales.
Debido a que el equipo observó radiación infrarroja térmica, la misma región del infrarrojo utilizada por los termómetros sin contacto, pudieron encontrar evidencia de que el núcleo tiene 800 metros de diámetro y está cubierto con moléculas orgánicas y grandes granos de filosilicato.
Esta es la primera vez que se encuentran minerales de silicato hidratado como el talco en un cometa.