Ciencia

Pruebas rápidas de COVID-19 reaccionan a los anticuerpos contra el virus

Las pruebas rápidas de COVID-19 son sensibles a cambios de acidez y temperatura, por ello deben ser sumamente cuidadas

En 1956, Helen Free inventó una forma de detectar niveles de glucosa en orina para ayudar al control de los diabéticos.

Su idea era simple, elegante, pero lo mejor, eficaz. Un papel impregnado de sustancias que reaccionaban a la glucosa cambiando de color.

Pronto, la idea varió y se aplicó en otros sistemas de detección. 

Esta innovación se relacionaba con una técnica común en química, las cromatografías en papel cuyo inicio parece haberse dado a mediados del siglo XIX con Ferdinand Runge, quien usaba diluyentes en papel y miraba cómo la cafeínas se separaba en capas de colores. 

Pruebas rápidas de COVID-19

Las pruebas rápidas para detección de COVID-19 en una tira de papel siguen este principio.

A diferencia de la PCR, Reacción en Cadena de la Polimerasa, los test rápidos no identifican el ARN del virus, sino que unas tiras detectan nuestros anticuerpos contra virus en las pruebas de sangre y otras detectan proteínas del virus en las muestras respiratorias. 

¿Cómo funcionan?

La tira puede tener una proteína que se pega de forma específica con el antígeno del virus.

Si tenemos antígenos, significa que estuvimos expuestos al virus.

La tira está humedecida en una sustancia que mantiene la acidez para que funcione.

Si se altera la acidez, por ejemplo, al agregar jugo de limón, las proteínas de la tira se retuercen y pueden dar un “resultado positivo”.

Tanto la proteína de la tira como el antígeno del virus son muy sensibles a cambios de acidez y temperatura, por lo que deben conservarse adecuadamente. 

Las pruebas rápidas de COVID-19 han sido parte fundamental de la estrategia para contener la expansión de la pandemia por Sars Cov2. 

Tan sólo esta semana, el Gobierno norteamericana anunció la compra de 500 millones de pruebas rápidas y Canadá una cantidad similar.

Sin embargo, lo más importante es evitar el contagio y, para ello, hay que usar cubrebocas, ventilar espacios cerrados y vacunarse.

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