¿Qué efectos y riesgos tiene la ayahuasca?
Comunidades amazónicas utilizan el brebaje de plantas para, aseguran, sanar emociones.
La ingesta de ayahuasca es cada vez más común en algunas partes del mundo. También llamada “Cabellos de Dios” o “Sangre de Cristo” es una decocción de plantas amazónicas que poblaciones indígenas de Sudamérica han utilizado durante siglos, con fines médicos y espirituales.
Para entender más sobre los efectos y procedimientos que una persona debe pasar cuando ingiere Ayahuasca, Once Noticias conversó con Raúl Vargas, quien se considera médico tradicional y ha estado 10 años estudiando las plantas ancestrales. Cinco años aprendiendo de personas de comunidades amazónicas.
De acuerdo con Vargas, ancestralmente esta medicina se usa para la sanación espiritual y aclara que no cura los males, sino que hace “ver” a la gente la raíz del problema, “porque todas las enfermedades son emocionales: el cáncer, la diabetes, las depresiones”.
Añade que la ayahuasca se ingiere mediante un ritual que debe estar supervisado por un chamán, guía o curandero capacitado; a ese guía se le conoce dentro de las comunidades Amazónicas como Taita, que es como decir sacerdote en la religión católica cristiana.
“Esta conexión que el taita tiene con el gran creador, gran espíritu, Dios, la madre naturaleza y las plantas, se realiza mediante un ritual donde hay icaros (cantos) y el uso de plumas y huayras, una herramienta de viento, a través de esas herramientas se hace la sanación”, declaró Raúl Vargas.
Sostiene que en el Amazonas hay diferentes comunidades que realizan este procedimiento, aunque él labora en la comunidad Cofanes, la cual es liderada por un taita que recién cumplió 109 años de edad.
Vivencias
Raúl Vargas afirma que la experiencia arranca cuando la persona bebe entre 15 y 30 mililitros de ayahusca; posterior a ello, comenzará a sentir un hormigueo en el cuerpo, cansancio, mareo, ganas de bostezar.
Cuando se experimenta por primera vez esta vivencia, los efectos pueden ser purgantes y depurativos porque hay limpieza mediante el vómito o la defecación. El tiempo que dura ese “trance” es de cuatro o cinco horas.
“Desde que vemos otros planos y abrimos los ojos, son de dos a tres horas, después viene el declive, se tiene conciencia de lo que se nos mostró, porque la ceremonia no es sólo la toma de la medicina sino el día a día, con nosotros mismos, con la familia, los hijos, porque la medicina nos muestra un amor incondicional y si lo reconocemos hay que mostrarlo con otras personas”.
Revela que esa experiencia mística también deja una tarea por hacer. Por ejemplo, al tener una visión de los traumas vividos quizá toque hablar con alguien de la familia y decir lo que esa persona experimentó en su niñez y al “sacarlo” comienza la depuración y sanación.
¿Hace daño?
Los opositores a este tipo de bebida o “medicina” afirman que hace daño a quien la toma; es más, existe la versión que podría ocasionar la muerte.
“Hace daño a quien toma medicamentos antidepresivos, para la presión alta o la diabetes, porque se produce un choque con la cabeza, un corto circuito que puede ocasionar un paro al corazón; por eso, es necesario comunicarlo a los organizadores y al Taita porque se recomienda dejar esos medicamentos unos días antes”, señaló.
Vargas puntualiza que la persona que dirige la ceremonia debe estar enterado si alguien que va a tomar ayahuasca está pasando una crisis de ansiedad o depresión para saber qué cantidad del brebaje se le dará, ya que no es la misma dosis para todos.
“Es como un tratamiento para ir aceptando la medicina y su cuerpo vaya removiendo todas las emociones, si se le da a una persona sana, sí puede darle un ataque de ansiedad o una taquicardia; hay que ponerse en manos responsables y con conocimiento; no es dar la bebida como si fueran tortillas”.
Para finalizar, quiere dejar en claro que la ayahuasca y los rituales que se hacen para beberla, nada tienen que ver con cuestiones alejadas de Dios, porque quienes la manejan son comunidades con profunda influencia cristiana, donde se alaba al Creador, a Cristo y a la Virgen.