El experimento Tibet AS Gamma, un proyecto conjunto entre China y Japón sobre observación de rayos cósmicos, ha descubierto rayos gamma difusos de energía ultra alta de la galaxia Vía Láctea.
Se estima que la energía más alta detectada es sin precedentes, casi 1 Peta electronvoltio, PeV o un millón de billones de eV.
Sorprendentemente, estos rayos gamma no apuntan a fuentes conocidas de rayos gamma de alta energía, sino que se extienden por la Vía Láctea.
Los científicos creen que estos rayos gamma son producidos por la interacción nuclear entre los rayos cósmicos que escapan de las fuentes galácticas más poderosas y el gas interestelar en la galaxia Vía Láctea.
Esta evidencia de observación marca un hito importante al revelar el origen de los rayos cósmicos que ha desconcertado a la humanidad durante más de un siglo.
Los rayos cósmicos son partículas de alta energía del Espacio Exterior que se componen principalmente de protones y núcleos, así como una pequeña cantidad de electrones / positrones y rayos gamma.
Se cree que los rayos cósmicos por debajo de unos pocos PeV se producen en la Vía Láctea y una fuente que puede acelerar los rayos cósmicos hasta la energía de PeV se llama PeVatron.
Aunque se sugiere que los remanentes de supernovas, las regiones de formación de estrellas y el agujero negro supermasivo en el centro galáctico son candidatos a PeVatrones, ninguno ha sido identificado observacionalmente todavía, principalmente porque la mayoría de los rayos cósmicos tienen una carga eléctrica y perderán su dirección original cuando se propaguen en la Vía Láctea, así como ser doblada por el campo magnético.
Sin embargo, los rayos cósmicos pueden interactuar con el medio interestelar cerca de su lugar de aceleración y producir rayos gamma con aproximadamente el 10% de la energía de sus rayos cósmicos originales.
Dado que el campo magnético no puede cambiar la dirección de los rayos gamma eléctricamente neutros, los rayos gamma de energía ultra alta pueden indicarnos dónde se encuentran los PeVatrones en la Vía Láctea.