Ciencia

Reconocimiento facial avanza a pasos agigantados en el mundo

Desde hace años, la tecnología de reconocimiento facial ha tenido múltiples aplicaciones. Desde el desbloqueo de dispositivos móviles, hasta el pago de servicios en línea, Google y Apple han sido empresas pioneras en su aprovechamiento.

Pero ahora, uno de los países más ricos del mundo busca implementar la biometría en su proyecto de “Nación inteligente”.

Desde hace un mes, Singapur ha comenzado a sustituir las credenciales de identidad por un sofisticado sistema de reconocimiento facial, que le permite a sus habitantes acceder y pagar servicios públicos.

 

Queremos estar seguros de que la persona detrás del dispositivo es una persona real, que no es alguien que sólo dice serlo, que no es una imagen o un video’’, aseguró Lee Sea, director de Desarrollo en Toppan Ecquaria.

Hasta ahora, la tecnología de reconocimiento facial de Singapur permite pagar o acceder a 500 servicios digitales y hasta 180 entidades gubernamentales y comerciales con un simple escaneo facial.

De esta forma, los habitantes de Singapur podrán solicitar un crédito bancario o pagar la cuenta de electricidad sólo con la verificación biométrica.

 

Es distinto al reconocimiento facial que se usa, por ejemplo en la videovigilancia. La gran diferencia entre estas dos es que nuestra verificación facial es un proceso intencional, requiere que los usuarios se presenten para proveer el consentimiento’’, dijo Kwok Quek Sin, director de Identidad Digital Nacional del Gobierno de Singapur.

Sin embargo, esta tecnología ha despertado temores sobre la privacidad de la población y la efectividad para realizar reconocimientos sin discriminar a ciertos grupos de ciudadanos, además de ser una medida intrusiva.

Por su parte, Tom Fisher investigador en Privacidad Internacional aseguró que: “aunque tal vez hay menos preocupaciones con su uso para la autenticación, comparado con el uso para reconocimiento para vigilancia, la tecnología aún está lejos de ser benigna; todavía existe la preocupación por el uso de nuestras caras para acceder a servicios básicos. La tecnología biométrica es intrusiva, sabemos que tiene ciertos prejuicios y sabemos que puede tener problemas para identificar a las personas de color, puede tener problemas con las mujeres, las personas trans, todos estos grupos’’.

Por el momento, esta innovación se encuentra en prueba piloto en Singapur, pero las autoridades de este país buscarán implementarla como una medida oficial a partir del próximo año.

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