Actualmente, algunas regiones del territorio nacional están experimentando el Frente Frío número 4, por eso en Veracruz, Tabasco y Chiapas continuarán las lluvias.
El efecto de “norte” que, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), es un evento de tiempo extremo, en el que los vientos alcanzan velocidades que van de los 35 a más de 100 kilómetros por hora en superficie.
Contar con un monitoreo del viento, o sea, el aire en movimiento, permite conocer las condiciones de una región y alertar a la población en caso de situaciones de riesgo pero, ¿Cómo se mide?.
No es una actividad sencilla, ya que intervienen varios factores, principalmente: la velocidad y la dirección, ésta última se mide con respecto al norte geográfico.
También los factores del lugar tienen relevancia como el nivel del terreno, la altura, rigurosidad y otras características de una superficie, así como el relieve de la zona.
Uno de los instrumentos más antiguos para medir el viento es la veleta: que tiene una punta y una cola. Al ser de una superficie mayor, la cola tiene mayor resistencia al viento, lo que provoca que la punta de la veleta se alinee con la dirección del viento; sin embargo, la veleta no puede medir la otra variable: la velocidad.
Para lograrlo se utiliza un instrumento llamado anemómetro, que tiene dos sensores: uno detecta los cambios en la velocidad del viento y un generador que detecta las señales eléctricas cada vez que hay un cambio en la velocidad del viento. La velocidad suele medirse en metros sobre segundos.
Actualmente, hay distintos tipos de anemómetros y otros instrumentos más que nos permiten tener mediciones precisas de los vientos.