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Satélites confirman derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia

Los satélites CryoSat-2 y ICESat-2 obtuvieron la primera imagen conjunta del derretimiento de la capa de hielo en Groenlandia.

Académicos de la Universidad de Northumbria (Reino Unido) forman parte de un equipo de investigación internacional que ha utilizado datos de satélites para rastrear los cambios en el espesor de la capa de hielo de Groenlandia.

Sus mediciones, publicadas en el diario científico Geophysical Research Letters , muestran que CryoSat-2 e ICESat-2, misiones de satélites de hielo de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), al combinarse lograron enviar la primera imagen conjunta del derretimiento de hielo en Groenlandia.

El autor principal e investigador del CPOM, Nitin Ravinder, destacó su emoción por la hazaña.

“Estamos muy emocionados de haber descubierto que CryoSat-2 e ICESat-2 coinciden tanto. Su naturaleza complementaria proporciona una fuerte motivación para combinar los conjuntos de datos para producir estimaciones mejoradas del volumen de la capa de hielo y los cambios de masa”, informó.

Las mediciones de CryoSat-2 e ICESat-2 del cambio de elevación de la capa de hielo de Groenlandia coinciden en un 3%.

Esto confirma que los satélites pueden combinarse para producir una estimación más fiable de la pérdida de hielo que la que cualquiera de ellos podría lograr por separado. También significa que si una misión fallara, se podría confiar en la otra para mantener nuestro registro del cambio de hielo polar.

Otro científico que se mostró emocionado fue el director de la misión CryoSat de la ESA, Tommaso Parrinello, quien explicó que han utilizado CryoSat durante los últimos 14 años, para comprender la cobertura de hielo del planeta.

Sin embargo al alinear los datos con ICESat-2, se abrieron nuevas vías para la precisión y el conocimiento que serán de utilidad para comprender y mitigar los impactos del cambio climático.

“Esta colaboración representa un gran avance, no solo en términos de tecnología, sino también en cómo podemos servir mejor a los científicos y a los responsables de las políticas que dependen de nuestros datos para comprender y mitigar los impactos climáticos”, sentenció.

¿Cómo lo lograron?

Los científicos entregaron las primeras mediciones del cambio de espesor de la capa de hielo de Groenlandia utilizando CryoSat-2 e ICESat-2, las misiones de satélites de hielo de la ESA y la NASA.

Ambos satélites llevan altímetros como sensor principal, pero utilizan tecnologías diferentes para recopilar sus mediciones. CryoSat-2 lleva un sistema de radar para determinar la altura de la superficie de la Tierra, mientras que ICESat-2 tiene un sistema láser para la misma tarea.

Aunque las señales de radar pueden atravesar las nubes, también penetran en la superficie de la capa de hielo y deben ajustarse para tener en cuenta este efecto. Las señales láser, por otro lado, se reflejan en la superficie real, pero no pueden funcionar cuando hay nubes.

Las misiones son, por tanto, muy complementarias, y la combinación de sus mediciones ha sido el santo grial de la ciencia polar.

El estudio utilizó cuatro años de mediciones de ambas misiones, incluidas las recopiladas durante la campaña Cryo2ice, una colaboración pionera entre la ESA y la NASA iniciada en 2020.

Al ajustar la órbita de CryoSat-2 para sincronizarla con ICESat-2, la ESA hizo posible la recopilación casi simultánea de datos de radar y láser en las mismas regiones. Esta alineación permitió a los científicos medir la profundidad de la nieve desde el espacio, ofreciendo una precisión sin precedentes en el seguimiento del espesor del hielo marino y terrestre.

Relevancia de la imagen que obtuvieron los satélites

El calentamiento global está provocando que la capa de hielo se derrita y fluya más rápidamente, elevando los niveles del mar y alterando los patrones climáticos en todo nuestro planeta.

Por esta razón, las mediciones precisas de su forma cambiante son de importancia crucial para rastrear y adaptarse a los efectos del calentamiento climático.

“Dado que la pérdida de masa de la capa de hielo es un factor clave en el aumento del nivel del mar a nivel global, esto resulta increíblemente útil para la comunidad científica y los responsables de las políticas”, externó el investigador del CPOM, Nitin Ravinder.

Cabe recordar que entre 2010 y 2023, la capa de hielo de Groenlandia se redujo en 1.2 metros de media. Sin embargo, el adelgazamiento en el borde de la capa de hielo (la zona de ablación) fue cinco veces mayor, alcanzando una media de 6.4 metros.

El adelgazamiento más extremo se produjo en los glaciares de salida de las capas de hielo, muchos de los cuales están acelerando su crecimiento.

En Sermeq Kujalleq, en el centro-oeste de Groenlandia (también conocido como Jakobshavn Isbræ), el adelgazamiento máximo fue de 67 metros, y en Zachariae Isstrom, en el noreste, el adelgazamiento máximo fue de 75 metros.

En total, la capa de hielo se redujo en 2 mil 347 kilómetros cúbicos durante el período de estudio de 13 años, lo suficiente para llenar el lago Victoria de África. Los mayores cambios ocurrieron en 2012 y 2019, cuando las temperaturas del verano fueron extremadamente altas y la capa de hielo perdió más de 400 kilómetros cúbicos de su volumen cada año.

El derretimiento del hielo de Groenlandia también afecta la circulación oceánica global y altera los patrones climáticos. Estos cambios tienen efectos en los ecosistemas y las comunidades de todo el mundo.

El CryoSat-2 de la ESA es fundamental para comprender los cambios relacionados con el clima en el hielo polar, trabajando junto con el ICESat-2 de la NASA para proporcionar datos sólidos y precisos sobre los cambios en las capas de hielo.

En conjunto, estas misiones representan un importante paso adelante en el seguimiento de la pérdida de hielo polar y la preparación para sus consecuencias globales.

“Estudios como este son fundamentales para crear una serie temporal completa de las misiones ICESat, CryoSat-2, ICESat-2 y, en el futuro, CRISTAL”, añadió Thorsten Markus, científico del proyecto ICESat-2 de la NASA.

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