Ciencia

Sequía en México y como afecta a este fenómeno el calentamiento global

Este viernes causaron consternación vistas satelitales de la presa Victoria, en el Estado de México, compartidas por la NASA. Una corresponde a marzo de 2020 y la otra a marzo de este año. La más reciente muestra una alarmante ausencia de líquido, producto de la inclemente sequía en 85% del país.

 

Estas lluvias son 20% menores al promedio, desde octubre pasado.

 

¿Por qué ha llovido tan poco en México? El Servicio Meteorológico Nacional explica que las alteraciones en las precipitaciones son consecuencia de un fenómeno recurrente, llamado año “niño” o año “niña”.

 

Cuando se eleva, o no, la temperatura promedio del océano pacífico e incide en la formación de nubes de tormenta.

 

El año pasado desde el verano, se empezó a desarrollar una condición de la Niña muy importante, muy intensa, y durante el otoño tuvimos lo que se considera como una Niña importante y ésta se ha mantenido durante todo el invierno y ahorita ya en la primavera se está debilitando”, Jorge Zavala Hidalgo, coordinador general del Servicio Meteorológico.

 

Esta situación debe observarse sin duda, en el contexto del calentamiento global, que ya afecta a México.

 

El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático advierte que nuestro país puede elevar hasta cuatro grados su temperatura durante este siglo.

 

Con el territorio más caliente habría sequías más severas.

 

La temperatura promedio en el año 2020, promediada en todos los días del año y en todas las regiones del país fue de 22.4 grados centígrados y estuvo si no me equivoco, 1.6 grados Celsius en el promedio en el periodo 81-2010”, agregó Zavala.

 

Los científicos destacan la importancia de tener análisis más precisos y tomar acciones para aminorar los efectos de la sequía en el escenario de calentamiento global. Se estima, por ejemplo, que la agricultura en esta década puede presentar pérdidas equivalentes a 1% del PIB derivado de la ausencia de lluvias.

 

Y a lo largo del siglo, habría impactos negativos en la producción general de alimentos.

 

El aumento en la temperatura conlleva otros riesgos, en ecosistemas y biodiversidad. En las ciudades, con la formación de islas de calor.

 

A nivel local, estas pueden escalas muy pequeñas, cierta región donde cultivaban no sé, alguna especie, de pronto, las temperaturas que se alcanzan en el verano pueden dañar ese cultivo y ya no puede ser viable”, puntualizó Jorge Zavala.

 

A partir de junio y julio, se estima un mejor panorama en cuanto a lluvias.

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