Sonda solar Parker capta sorprendente imagen de Venus
La sonda solar Parker de la NASA capturó impresionantes vistas de Venus durante su sobrevuelo cercano del planeta en julio de 2020.
Su análisis revela que captó la emisión térmica de la superficie.
Aunque el objetivo de la misión es el Sol, Venus juega un papel fundamental en la misión.
La nave espacial pasa cerca de Venus un total de siete veces en el transcurso de su misión de siete años, utilizando la gravedad del planeta para doblar la órbita de la nave espacial.
Estas ayudas de gravedad de Venus permiten que la misión solar Parker vuele cada vez más cerca del Sol en su misión de estudiar la dinámica del viento solar cerca de su fuente.
Pero, junto con la dinámica orbital, estos pases también pueden producir algunas vistas únicas e incluso inesperadas del Sistema Solar interior.
Durante la tercera asistencia gravitacional de Venus de la misión el 11 de julio de 2020, el generador de imágenes de campo amplio para Parker, el Solar Probe o WISPR, capturó una imagen sorprendente del lado nocturno del planeta desde una distancia de 12 mil 380 kilómetros.
WISPR está diseñado para tomar imágenes de la corona solar y la heliosfera interior en luz visible, así como imágenes del viento solar y sus estructuras a medida que se acercan y vuelan por la nave espacial.
En Venus, la cámara detectó un borde brillante alrededor del borde del planeta que puede ser un resplandor nocturno, luz emitida por átomos de oxígeno en lo alto de la atmósfera que se recombinan en moléculas en el lado nocturno.
La característica oscura prominente en el centro de la imagen es Afrodita Terra, la región montañosa más grande de la superficie de Venus.
La característica parece oscura debido a su temperatura más baja, unos 30 grados Celsius más fría que su entorno.
Esta sorprendente observación envió al equipo de WISPR de regreso al laboratorio para medir la sensibilidad del instrumento a la luz infrarroja.
Si WISPR realmente puede captar longitudes de onda de luz del infrarrojo cercano, la capacidad imprevista proporcionaría nuevas oportunidades para estudiar el polvo alrededor del Sol y en el Sistema Solar interior.