Con las recientes hazañas de Richard Branzon, presidente de Virgin Galactic y Jeff Bezos, fundador de Amazon, el concepto de turismo espacial ya es una realidad, aunque para una muy pequeña minoría que puede pagar millones por unos minutos de viaje suborbital.
Los primeros viajes de civiles al espacio se realizaron hace 20 años.
En 2001, el empresario, Dennis Tito, se convirtió en el primer turista espacial, pero tuvo que gastar decenas de millones de dólares y recibir un entrenamiento similar al de los astronautas para su aventura en la estación espacial internacional.
Cinco años más tarde la iraní, Anoushe Ansari, hizo lo propio y vivió 10 días en el complejo orbital.
La siguiente oportunidad para la industria es tener más destinos en el espacio. Existen distintas compañías trabajando en estaciones espaciales privadas, por ello pienso que en los próximos 10 años tendremos una docena o más estaciones espaciales privadas en órbita a las que las personas podrán ir”, Dylan Thomas, empresario, turismo espacial.
Una nueva alternativa está siendo propuesta por el empresario Elon Musk, fundador de Space-X, quien apuesta por viajes de estancias cortas en el espacio, algo que probará en unos meses, con la primera misión en la que solo participarán astronautas civiles.
En el turismo orbital se puede tener la oportunidad de elegir destinos. Tenemos la misión “Inspiration 4” en este otoño, ellos orbitarán la tierra por tres días en una cápsula. No llegarán a la Estación Espacial Internacional, pero podrían hacerlo”, Dylan Thomas, empresario, turismo espacial.
Desde 2017, Musk y su empresa Space-X, han colaborado con la nasa para el envío de suministros y astronautas a la estación espacial internacional, tras el retiro de los transbordadores.
Los especialistas en turismo espacial visualizan un crecimiento importante de esta industria en la próxima década. Confían que salir del planeta será tan común como hoy es un viaje internacional.
Si las naves de Elon Musk y Space X son exitosas, un concepto que permitiría viajar como si fuéramos de un destino a otro aquí en la tierra, imaginen ir de Sidney a Tokio, pero hacerlo vía orbital. Si puedes tener a 150 personas en una nave espacial, que me parece que es lo que están pensando hacer, eso permitiría bajar los costos y sería como comprar un boleto internacional en primera clase”, Dylan Thomas, empresario, turismo espacial.