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Un millón de personas viven sin electricidad en México

FOTO: PEXELS.

Vivir sin electricidad parece algo inimaginable en pleno 2023, sin embargo, a nivel mundial aún existen alrededor de 750 millones de personas sin acceso a este servicio básico, de acuerdo con el reporte “Seguimiento del ODS 7: El informe de progreso en materia de energía”, publicado por diversos organismos internacionales, entre ellos el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Y México no es la excepción, a pesar de los esfuerzos por erradicar esta brecha de acceso. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), alrededor de 1.1 millones de personas en el país, es decir, 0.88% de la población, carecen de servicio de luz eléctrica en sus viviendas.

La falta de acceso a la energía eléctrica sigue siendo un problema grave en muchas partes del mundo y afecta principalmente a las comunidades rurales en los países en desarrollo, principalmente algunos lugares de África.

Progreso inequitativo

La OMS asegura que durante la última década, un mayor porcentaje de la población mundial obtuvo acceso a la electricidad; sin embargo, la cantidad de personas que no tienen electricidad en África al sur del Sahara aumentó.

El informe revela que desde el año 2010, se ha avanzado significativamente en varios aspectos del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, pero el progreso no ha sido equitativo en todas las regiones.

Dice que aunque más de mil millones de personas obtuvieron acceso a la electricidad a nivel mundial a lo largo de la última década, el impacto financiero de la COVID-19 ha hecho que 30 millones más de personas, la mayoría de ellas situadas en África, no puedan afrontar el costo de los servicios básicos de electricidad.

Nigeria, República Democrática del Congo y Etiopía tuvieron los mayores déficits de acceso a la electricidad, con lo cual éste último ha desplazado a la India y ocupa el tercer lugar.

En el mundo, la cantidad de personas sin acceso a la electricidad disminuyó de mil 200 millones en 2010 a 759 millones en 2019.

Se aceleró especialmente la electrificación mediante soluciones descentralizadas basadas en energías renovables. La cantidad de personas conectadas a mini redes aumentó más del doble entre 2010 y 2019, y subió de 5 millones a 11 millones de personas.

“Sin embargo, habida cuenta de las políticas actuales y planificadas, y debido a los impactos de la crisis provocada por la COVID-19, se estima que 660 millones de personas, la mayoría de ellas en África al sur del Sahara, seguirán sin tener acceso a la electricidad en 2030”, advierte el reporte.

¿Cómo impacta la falta de electricidad?

La falta de acceso a la electricidad tiene un impacto significativo en la vida diaria de las personas que la sufren. Sin electricidad, no hay luz para iluminar las casas después del anochecer, lo que puede limitar la capacidad de las personas para estudiar, trabajar y realizar actividades cotidianas.

Asimismo, puede ser difícil conservar alimentos y medicinas sin un refrigerador, y la falta de electricidad puede limitar el acceso a la comunicación y a las noticias.

El problema de la falta de acceso a la electricidad también tiene un impacto económico negativo en las comunidades afectadas. La falta de electricidad puede limitar la capacidad de las empresas para operar y producir bienes y servicios, así como el acceso a la educación y la formación, lo que puede restringir las oportunidades de empleo y el desarrollo económico.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró el 16 de mayo como el Día Internacional de la Luz, en conmemoración del aniversario de la primera operación exitosa del láser en 1960, por el físico e ingeniero estadounidense Theodore Maiman.

De acuerdo con la propia Unesco, este día tiene como objetivo reforzar la cooperación científica y aprovechar su potencial para fomentar la paz y el desarrollo sostenible, celebrando el papel que desempeña la luz en la ciencia, tecnología, educación y cultura.

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