Los cambios que el envejecimiento produce en el cuerpo humano están estrechamente vinculados al desarrollo de las enfermedades responsables de las muertes en el mundo. Por eso, si envejecemos más lento, tendremos más años de vida.
La perspectiva de terapias médicas que retrasen el proceso de envejecimiento se ha acercado un poco más después de que científicos rejuvenecieron tejidos de forma segura en ratones de mediana edad.
Investigadores en del Instituto Salk, en San Diego, Estados Unidos, trataron animales sanos con una forma de terapia génica que refrescó las células más viejas, haciendo que los animales fueran más jóvenes de acuerdo con los marcadores biológicos que se utilizan para medir los efectos del envejecimiento. Los resultados se publicaron la semana pasada en la revista especializada Nature Aging.
Repetir el proceso en humanos está lejos por ahora y no es una tarea sencilla, pero los hallazgos impulsarán el interés en nuevas terapias que apuntan a retrasar o revertir el proceso de envejecimiento como un medio para abordar enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer, los huesos quebradizos y el Alzheimer.
Los niños nacidos en 2070 podrían vivir hasta los 150 años gracias a los avances en la tecnología de envejecimiento, afirman los principales expertos. Esto no solo podría duplicar la esperanza de vida promedio mundial actual, sino que también podría reducir el tiempo que las personas viven con problemas de salud relacionados con la edad.
Lo que alguna vez se pensó como una fantasía distante ahora se está acercando a la realidad después de que un estudio científico logró revertir de manera segura el proceso de envejecimiento en ratones de edad avanzada. Los científicos ahora predicen que la tecnología podría estar lista para los humanos en unas décadas.
El doctor Andrew Steele, biólogo computacional y autor de Sin edad: la Nueva Ciencia de envejecer sin volverse viejo (Ageless: The New Science of Getting Older Without Getting Old) , dijo que los ensayos en humanos pronto estarían en el horizonte. “Sería un tonto si apostara en contra de que funcione en los próximos 50 años”, dijo.
El profesor Jürg Bähler, genetista de la Universidad College de Londres (UCL) aseguró que esta tecnología podría ayudar a aumentar la esperanza de vida hasta en un siglo y medio como máximo. “Algunas personas, incluyéndome a mí, dirían que hay un techo natural para la vida humana, alrededor de 150 años, y no se puede ir más allá”, aseguró Jürg Bähler, genetista de la Universidad College de Londres