Cultura

29 de marzo | Margarita Maza de Juárez

Margarita se distinguió por la caridad y ayuda que brindaba a los que tenían menos oportunidades

29 de marzo | Margarita Maza de Juárez 

Margarita Maza de Juárez, por su nombre de casada, nació en Oaxaca el 29 de marzo de 1826, fue esposa del presidente mexicano Benito Juárez.

De buena posición económica y refinada educación, tuvo doce hijos con el presidente Juárez —tres hombres y nueve mujeres—, de los cuales cinco murieron a temprana edad (dos varones y tres mujeres).

Josefa Juárez trabajaba como cocinera en la casa de la familia Maza, en la capital oaxaqueña, era hermana mayor de Benito, y este recurrió a ella cuando a los 12 años llegó de San Pablo Guelatao. El niño no hablaba español y gracias a su hermana y a la familia a la que servía, consiguió ampliar sus estudios y vivir algunos años de estabilidad. 

A partir de ese momento, la cercanía del joven Juárez se mantuvo con la casa de la familia Maza Parada. El 31 de julio de 1843, Benito Juárez, de 37 años, y Margarita Maza, de 17, se casaron en la iglesia de San Felipe Neri, en Oaxaca.

Un año después, el matrimonio Juárez Maza comenzó a crecer, entre los años 1844 y 1864, sumaron un total de 12 hijos, nueve mujeres y tres varones: Manuela, Felícitas, Margarita, Guadalupe, Soledad, Amada, Benito, las gemelas María de Jesús y María Josefa, José María, Jerónima Francisca y Antonio.

Margarita se distinguió por la caridad y ayuda que brindaba a los que tenían menos oportunidades, asimismo, fue una mujer de carácter sólido pues, a pesar de todos los obstáculos presentados, siempre apoyó la causa de su esposo, Benito Juárez, con quien contrajo matrimonio el 31 de julio de 1843.

La vida de Margarita no fue cómoda siendo esposa de Juárez. De ella, se han escrito páginas gloriosas, no exentas de mitos, y a la sombra del líder liberal, sin embargo, la joven mujer fue una luchadora incansable, enfrentó la constantemente ausencia de su marido, la persecución y la pobreza; se vio envuelta en el torbellino de la política, encabezó ella misma la defensa de su familia y, en ese ambiente de incertidumbre, vio morir a cinco de sus hijos menores: tres niñas y dos niños. 

El intercambio epistolar fue el único recurso que mantuvo cerca al matrimonio, y en esas cartas se lee la calidad del amoroso lazo de la pareja, Margarita expresaba su tristeza y sufrimiento por la pérdida de sus hijos, mientras Benito trataba de mitigar su desesperación con la esperanza de volverla a ver y la certeza del triunfo de la causa republicana. 

Margarita Maza fue una ferviente colaboradora, leal al proyecto liberal y republicano liderado por su marido, sacrificó su vida por el ideal de esa pléyade de personajes que formaron la inigualable generación de la Reforma, en un país dividido entre liberales y conservadores y violentado por las potencias extranjeras.

Con el triunfo de la República nacional, en 1867, Margarita regresó a la Ciudad de México con su familia y vivió en Palacio Nacional. En 1871 murió en su casa de campo en San Cosme.

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