Ayer 15 de julio, falleció la fotógrafa mexicana Lourdes Grobet, quien, entre otros proyectos, durante casi cinco décadas siguió de cerca al Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena y el deporte de la lucha libre.
Este sábado, entre rostros de luchadores y otras imágenes que capturó con su cámara, así como fotografías que alguien más le tomó a ella, la pista de baile del Salón Los Ángeles se transformó en un altar dedicado a la fotógrafa mexicana.
La celebración fue organizada por sus hijas e hijos en colaboración con cómplices de vida de su madre, quien trabajó hasta el último momento.
“Me encanta que estemos en el Salón Los Ángeles, lugar que ella quería tanto que es de estos lugares donde hemos gozado la vida y así hay que honrar a Lourdes con un gesto absolutamente vital”, mencionó Alejandra Frausto, secretaria de Cultura.
Amigos y amigas llegaron a darle el último adiós a Lourdes Grobet, como la editora del libro que la convirtió en dama de la lucha libre, Deborah Holtz, quien comentó que Alfonso Morales fue quien le dijo sobre el archivo de 70 mil negativos sobre lucha libre realizado por Grobet.
“Para mi madre siempre el trabajo fue la ruta de la vida, ella decía que el trabajo era una línea directa, que familia, hijos, novios siempre iba así, eso fue lo que nos enseñó”, dijo Ximena Pérez Grobet, hija de Lourdes Grobet.
A la espera del estreno en festivales de la segunda parte del documental “Bering: equilibrio y resistencia”, la exposición en el Complejo Cultural Los Pinos y la edición del libro sobre su acercamiento al Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, lo que sigue es un homenaje en el ring de lucha libre, al que próximamente le pondrán fecha.
