¿Alguna vez has escuchado hablar del turismo responsable o sostenible? El Instituto del Turismo Responsable define el concepto de turistas responsables a aquellas personas que entienden sus obligaciones con el Planeta y buscan crear un impacto positivo en el destino a visitar, traer beneficios a la población local y no agotar los recursos naturales.
En el 2020, la UNESCO y la Secretaría de Turismo federal firmaron un acuerdo para impulsar el turismo responsable en México, el cual tiene como objetivo que la industria del turismo siga un código de ética para el cuidado y conservación de los ecosistemas y biodiversidad del país, así como para la gestión del turismo en sitios del Patrimonio Mundial reconocidos por la propia institución internacional.
La UNESCO dio a conocer que en los últimos meses, comunidades y grupos de la Ciudad de México generaron 24 nuevos proyectos de turismo creativo, cultural y comunitario mediante un esquema piloto que busca reducir impactos turísticos negativos, al promover el conocimiento y protección del patrimonio y la diversidad cultural, y una redistribución económica directa hacia las personas locales fuera de circuitos turísticos tradicionales.
Señaló que dichos proyectos se realizaron principalmente en las alcaldías de Iztacalco, Iztapalapa, Tlalpan, así como en áreas menos conocidas de Xochimilco y la alcaldía Cuauhtémoc.
De hecho, esos proyectos fueron impulsados, además de la UNESCO, por la plataforma de rentas de viviendas, Airbnb, quien utilizó la guía de la organización internacional con los criterios sobre la gestión y selección de proyectos para turismo responsable.
Los criterios de la UNESCO publicados en el Catálogo de turismo cultural, creativo y comunitario de la Ciudad de México, son el impacto social sostenible, la derrama económica local; fomentar que las personas visitantes sean responsables y respetuosas del patrimonio, la cultura y el territorio, por mencionar algunos.
Recorridos turísticos responsables
La UNESCO reveló que, a la fecha, más de mil personas nacionales y extranjeras han participado en los recorridos y actividades que se contemplan en los proyectos, y los beneficios ya se presentan.
Las actividades son sobre educación ambiental, de salvaguarda del patrimonio, de agroproducción sostenible y hasta mejoras de vialidad y accesibilidad, en las que además participan los propios habitantes de las zonas con injerencia en los proyectos.
Uno de los proyectos es el de Sandra Corrales, quien trabaja desde hace cinco años con apicultores y productores del colectivo Abejas de Barrio, y generó el recorrido apicultor por un día en Xochimilco, por canales poco frecuentados, y en el que participan productores locales para impulsar la revaloración de su trabajo.
Sandra, dice la UNESCO, afirma que si su proyecto permite “hacer colmena”, es decir, comunidad, para incrementar la derrama económica local y continuar con los proyectos de su colonia, como cursos y talleres gratuitos para niñas y niños en chinampas para preservar el conocimiento y respeto a la biodiversidad, el patrimonio y la cultura que se extiende más allá de las zonas convencionales de la Ciudad de México.
El modelo de turismo responsable, afirma a UNESCO, tiene también el objetivo de movilizar a vecinos y locales, trascendiendo la perspectiva convencional del turismo para que, por ejemplo, las personas regresen a realizar su despensa en mercados o con productores de algunos de los recorridos, para consolidar una economía circular local, como pueden ser las personas productoras de tortillas de la parte alta de la montaña en Xochimilco.
La UNESCO destacó otros de los emprendimientos y propuestas para el patrimonio y diversidad cultural y natural de la Ciudad de México que forman parte de esta iniciativa, como el de “Sabores originales de Coyoacán” con un experto en gastronomía.
Se trata de un recorrido en mercados de Coyoacán guiado por el experto, para probar comida callejera en lugares familiares y contemporáneos, como tostadas, tlayudas, esquites y quesadillas.
Otro proyecto que describe la UNESCO es el “Recorrido en un pueblo lacustre”. Este paseo comienza en bicicleta, desde el histórico Arco de Tlaltenco hacia el centro para ver la arquitectura de las iglesias Mazatepec, Tlaltenco y El Calvario hasta llegar al centro de Tláhuac.
Allí, los viajeros se trasladan hacía el Lago de los Reyes para un recorrido en trajinera para apreciar el ecosistema natural en una chinampa, donde se aprende sobre técnicas ancestrales de agricultura y hasta se pueden probar hortalizas de la misma chinampa.
Al regreso, se visita el museo comunitario de Tláhuac y la iglesia de San Pedro. Finalmente, se toma un taller artesanal impartido por artesanos locales de Jardín del Arte, usando elementos naturales de la zona.
Para aquellas personas que estén interesadas en realizar estos recorridos y conocer cuáles otros están disponibles, así como sus precios, es necesario ingresar a la plataforma de Airbnb, mediante la cuál se ofrecen.